Promesas
“Deléitate
asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.” Salmo 37:4
“Si
permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que
queréis, y os será hecho.” Juan 15:7
Dios nos da
de acuerdo a su voluntad, sus promesas y a nuestra fe, pero hay un problema y
es que cuando lo buscamos es solo para peticiones, quejas y reclamos.
Nuestro
Padre Dios es justo y fiel, pues nos enseña que debemos permanecer en Él y en
su Palabra para que nos conceda todas nuestras peticiones. Si nosotros
permanecemos en constante comunión con Él, cada día lo conoceremos más y así
pediremos conforme a su voluntad; por el contrario, si hacemos de nuestra
comunicación con Él un sacrificio, un rito o algo que hacemos solo cuando
asistimos a la iglesia, se cumplirá lo que dice su Palabra en Santiago 4:3
“Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.”
Nuestro
Padre Dios quiere enseñarnos hoy, que estar en su Presencia, buscarlo cada día,
al levantarnos y al acostarnos, debe ser para nosotros un deleite, un gozo, un
descanso; son muchas las promesas que nos hace si lo reconocemos en nuestra
vida, si lo ponemos en primer lugar, si nos humillamos delante de Él, si
aceptamos su voluntad; su Palabra afirma “Bienaventurado el varón que no anduvo
en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de
escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y
en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes
de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace,
prosperará.” Salmo 1: 1-3
Cuando
nosotros ponemos todo en manos de Dios y a través de la oración le pedimos que
intervenga en cada aspecto y momento de nuestra vida, y si buscamos aprender,
corregirnos, edificarnos, guiarnos y afirmarnos en su ley, sin duda alguna sus
promesas serán cumplidas y nuestras peticiones concedidas. Oración.
«Poderoso
Dios, tu Palabra es fiel, a través de ella nos has dado preciosas y grandísimas
promesas a las cuales hacemos bien en acudir, te doy gracias porque me las has
revelado, has permitido que las crea y así se han hecho realidad en mi vida.
Gracias Señor, por tu misericordia que llega hasta los cielos y por tu
fidelidad que alcanza hasta las nubes. Amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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