Éxtasis
“Y me
aconteció, vuelto a Jerusalén, que orando en el templo me sobrevino un éxtasis.
Y le vi que me decía: Daté prisa, y sal prontamente de Jerusalén; porque no
recibirán tu testimonio acerca de mí.” Hechos 22:17-18
Cuando
hablamos de éxtasis, estamos básicamente refiriéndonos a un estado de asombro
muy agradable, en el cual nos sumergimos de tal manera que no hay espacio ni
tiempo para pensar en otra cosa.
El mundo
tiene su manera de ofrecer este éxtasis a través de diferentes recursos, los
principales son el sexo fuera del matrimonio incitado por la pornografía, el alcohol
y las drogas alucinógenas. Productos o sustancias altamente nocivas para la
salud y que se pueden convertir en una adicción, hasta el punto de llevar a la
persona a que no le preocupe su integridad física y emocional, pues dice
Proverbios 23:35 poniendo como ejemplo el exceso de vino “Y dirás: Me hirieron,
mas no me dolió; me azotaron, mas no lo sentí; cuando despertare, aún lo
volveré a buscar.” Es evidentemente un perjuicio para nuestra vida.
Por otro
lado, la Biblia también describe un tipo de éxtasis, lo podemos llamar como el
éxtasis cristiano, pues tiene que ver con el pleno deleite que podemos
encontrar en la presencia de Dios, ese momento donde estamos a solas con
nuestro Padre y no hay espacio ni tiempo para nada más, pues es un momento tan
especial y único que no queremos que nadie lo interrumpa. La diferencia entre
este éxtasis y el que ofrece el mundo, es el resultado o las consecuencias de
llegar hasta este punto. En el éxtasis cristiano lo que obtenemos es alimento
para nuestra alma y espíritu, un conjunto de virtudes que dan sentido,
propósito y estabilidad a nuestra vida y que cuidan, preservan y mejoran
nuestra integridad física, emocional y espiritual. La comunión íntima con Dios nos
llena del fruto de su Espíritu, amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad,
fe, mansedumbre y dominio propio (Gálatas 5: 22-23).
En el caso
del apóstol Pablo, como leíamos en la lectura bíblica de hoy, su resultado fue
recibir una instrucción clara para que no fuera a cierto lugar y su vida no se
pusiera en riesgo. En otro pasaje del libro de Hechos se relata el momento en
el que el apóstol Pedro se encontraba orando y le sobrevino una visión para
indicarle una misión que el Señor Jesús le estaba encomendando con un centurión
llamado Cornelio (Hechos 10:9:20).
En muchas
ocasiones, a nosotros también nos pueden sobrevenir éxtasis que nos indiquen o
nos den respuesta a alguna petición que le hayamos hecho a Dios; por lo
general, en momentos de lectura bíblica, oración, adoración y deleite en la
presencia de Dios, Él a través de su Santo Espíritu nos indica el tema que
quiere enseñar en la iglesia, la reflexión, predicación o mensaje que quiere
dar a sus hijos; también, decisiones de nuestra vida cotidiana, por ejemplo si
debemos ir o no a un lugar, aceptar o no una propuesta, relacionarnos o no con
otras personas, y todas aquellas actividades en las que le pidamos ayuda,
dirección, sabiduría y revelación. Oración.
«Papito
Dios, un momento en tu presencia no se compara con ningún placer que me ofrezca
el mundo; te doy gracias por enviar a tu Espíritu a morar en mí y hablarme a
través de Él, enseñarme, guiarme y ayudarme día a día en cada aspecto de mi
vida. Te pido que cada vez sean más los momentos en que tu Espíritu se una con
el mío y así seas glorificado a través de mí. En Cristo Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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