He peleado
la buena batalla de la fe
“He peleado
la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me
está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en
aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”, 2
Timoteo 4:7-8
Al final de
sus días, Pablo escribe esta declaración, luego de soportar azotes, desvelos,
persecución, hambre, sed, ser apedreado y cuantas cosas más por llevar el
mensaje de la gracia y verdad de Jesucristo. (2 Corintios 11:24-29);
consiguiendo por supuesto, anunciar y enseñar a muchos la buena noticia de la
salvación. Pablo sufrió por causa de Cristo, pero en la gracia de Dios llegó a
la meta, al propósito del supremo llamamiento por el cual el Señor lo había
llamado, como se había propuesto antes “al premio del supremo llamamiento de
Dios en Cristo Jesús.” (Filipenses 3:13-14).
De esto
debemos aprender, pues la misma gracia de Dios que actuó en Pablo, ahora actúa
en nosotros (1 Corintios 15:10), para hacernos aptos para pelear la buena
batalla. Pero necesitamos preparación, colocarnos el propósito de servirle y
necesitamos mantenernos constantes a pesar de las circunstancias, creciendo en
el conocimiento de Cristo (1 Corintios 15:58). Así que con firmeza y sin
dudarlo más, peleemos la única batalla que vale la pena luchar, la buena
batalla de la fe. Oración.
«Gracias
Señor Jesús por el llamado que me has hecho para servirte y para anunciar el
evangelio a toda criatura y en todo lugar, lléname de tu Espíritu, revela a mi
vida toda la riqueza de tu gracia que actúa ahora en mí. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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