Permanecer.
Parte 2
“El que ama
a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.” 1 Juan 2:10
El segundo
principio para permanecer en Cristo es Amar a nuestro prójimo como a nosotros
mismos y es que en nuestra vida diaria nos desestabiliza en gran manera tener
conflictos con nuestro hermano o con nuestro prójimo, porque no fuimos creados
para ser solitarios y aislados, sino para compartir y tener comunión unos con
otros (1 Juan 1:7). Y estos conflictos surgen de la falta del amor de Dios en
nuestro corazón. Si amamos, permanecemos en Dios, y si verdaderamente estamos
en Cristo, amamos a nuestro hermano.
Si amamos a
nuestro hermano no tropezamos ni hacemos caer a nuestro hermano, al contrario,
estamos dispuestos a levantarlo cuando se presentan problemas en su vida.
Si odiamos o
guardamos resentimiento, no sabemos por dónde caminar en la vida, nuestro
camino es confuso e incierto (1 Juan 2:11), es como si anduviéramos en medio de
la oscuridad de la noche, sin una lámpara.
Así que
estamos llamados a la luz, amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y a
solucionar con amor todo conflicto con nuestro hermano; si practicamos esto,
permanecemos en Cristo. Oración.
«Señor,
ayúdame a permanecer en ti, amando a mis semejantes, practicando un amor no
fingido, para que busque el bien del prójimo sin egoísmo ni contiendas. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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