El amor y la verdad. Parte 2
“Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.”, 1 Juan 3:18
Para que el amor sea comprobado cierto, verdadero, es evidente que debe ser manifestado a través de las acciones, no solo de palabra bonitas. Nuestra salvación, por medio de Jesucristo fue la acción de amor más grande de la historia, el amor verdadero en su más pura esencia. Dios nos demostró su amor, despojándose a sí mismo, dando hasta la última gota de sangre por nuestra redención, por liberarnos de la esclavitud del pecado y del maligno.
Jesús lo enseñó cuando anunciaba su muerte, acerca de cuál es el mayor acto de amor: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” (Juan 15:13) y la parte que nos corresponde ahora a nosotros es: “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.” (Juan 15:14), es decir, guardar sus enseñanzas, obedecerle por amor y amándonos unos a otros tal como Él nos amó (Juan 13:34), con acciones que demuestren que el amor de Dios habita en nuestro corazón, pues “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” (1 Juan 4:8).
Con lo anterior, descubrimos que el amor es el acto de reciprocidad más contundente, Dios nos dio su amor, para que amaramos incluso a nuestro enemigo, a quien nos ofende (Mateo 5:43-48). Si somos capaces de amar y orar por quien nos persigue, evidenciaremos que el amor de Dios se ha perfeccionado en nosotros. Empecemos entonces a demostrar el amor, orando por aquellos que nos ofenden y bendiciendo su vida. Oración.
«Padre, ayúdame a mostrar a través de mis acciones, el amor con que tú me amaste por medio de Jesús, por esto hoy quiero que bendigas grandemente a quien me haya ofendido y te pido que me des la oportunidad de reconciliarme con mi prójimo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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