La ley y la
gracia. Parte 1
“No desecho
la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás
murió Cristo.” Gálatas 2:21
“Porque por
gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2:8-9
La ley de
Dios nos revela lo que es pecado, y lo que es a la verdad santa, el mandamiento
santo, justo y bueno. Pero como seres humanos en nuestra propia naturaleza
pecaminosa, no podemos cumplir la ley, (Romanos 7:7-24); y si no la podemos
cumplir, entonces somos condenados por esta ley que es para nuestro bien. El
pecado que mora en nosotros se aprovecha del mandamiento y nos hace deudores de
ella, como explica el apóstol Santiago de manera contundente: “Porque
cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace
culpable de todos.” (Santiago 2:10).
Así que,
como no podíamos cumplir esta ley debido a nuestra naturaleza de pecado, pues
en la práctica, no hacemos el bien que queremos hacer sino el mal que no
queremos, entonces el Señor Jesucristo tomó toda la deuda que teníamos por no
cumplir la ley y la pagó en la cruz del calvario, “Al que no conoció pecado,
por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios
en él.” (2 Corintios 5:21).
Y este
conocimiento, ¿a qué nos lleva? ¿Cuál es el efecto práctico de esta verdad, si
la aceptamos en nuestra vida? Pues a que vivamos ahora, por fe en aquel que nos
amó y se dio así mismo por nosotros, porque dice la escritura “Porque en el
evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito:
Mas el justo por la fe vivirá.” (Romanos 1:17).
Este es el
resultado de la gracia de Dios, nuestra salvación por medio de la fe en Cristo
Jesús y una vida nueva que podemos aceptar, y empezar hoy mismo. Oración.
«Padre,
cuando mis pecados desmoronaban mi ser, tú me rescataste de mi vana manera de
vivir y me diste vida en Cristo, tu gracia me capacita para seguir adelante,
obedeciendo tu Palabra por amor a tu nombre. Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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