Creados para
publicar alabanzas a Dios
“Este pueblo
he creado para mí; mis alabanzas publicarán.” Isaías 43:21
“y cantaban
un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos;
porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo
linaje y lengua y pueblo y nación;” Apocalipsis 5:9
En los
salmos, la alabanza al Dios todopoderoso, era una forma de mostrar su grandeza,
soberanía y alabarle por la obra de sus manos. Se invitaba a toda la creación a
alabar su majestad (Salmos 148-150), por su gran misericordia (Salmos 136-138),
por su gran poder (Salmo 145, 150). También se muestra cómo luego de ser
perdonado y limpiado de maldad, el salmista le dice: “Señor, abre mis labios, Y
publicará mi boca tu alabanza.” (Salmo 51:15), en agradecimiento, por el perdón
de Dios. La alabanza es la respuesta de un corazón agradecido.
Todos
nosotros, los creyentes, que por la fe en Cristo hemos sido redimidos del poder
del mal, estamos en especial, invitados a alabarlo (Salmo 107:1-2), como dice
el Apóstol Pedro por el Espíritu Santo “Mas vosotros sois linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las
virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;” (1 Pedro
2:9). Cuando alabamos, anunciamos el amor, el poder, exaltamos el nombre que es
sobre todo nombre, recordamos y enseñamos a otros lo que Dios hace, lo que Dios
es y lo que hará en la vida de todo el que lo reciba.
Por esto,
Dios, nos ha dejado una misión especial: publicar sus alabanzas, sólo Él es
digno de alabanza y quiere que sus hijos lo alaben en todo tiempo (Salmo 34),
es una forma de buscarlo (Salmo 34:1), de dirigir mi atención y mi confianza en
la dirección correcta (Salmo 34:5), de recibir su ayuda y protección (Salmo
34:6-7) y de renovar diariamente mi confianza en Dios, dejando todo temor
(Salmo 34:8-10). Recibimos mucho más de lo que esperamos, cuando le alabamos,
pues esa es nuestra misión en esta tierra y nuestro oficio en el cielo,
(Apocalipsis 7:9-17). Y tú, ¿Alabas al Señor en todo tiempo? Oración.
«Grandes y
poderosas son tus obras oh, mi Dios, exaltamos tu Santo nombre y nos deleitamos
en tu presencia, en la magnitud de tu poder, te agradecemos por tu gran amor y
misericordia con la que nos redimiste en la cruz por medio de la muerte de
Jesús; nos alegramos por su resurrección que nos demuestra que venciste la
muerte y nos diste vida eterna por medio de la fe en tu Hijo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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