Victoria por
medio de la resurrección de Jesús
“Porque es
necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista
de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y
esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra
que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu
aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el
pecado, y el poder del pecado, la ley. Más gracias sean dadas a Dios, que nos
da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”. 1 corintios 15:53-57
Jesús prometió
preparar morada en la casa del Padre para sus discípulos y los que crean en su
Palabra, pero es necesario que nuestra naturaleza corruptible se revista de lo
incorruptible, y nuestro cuerpo mortal se revista de inmortalidad. Esa es la
victoria de la resurrección. Pablo llama aguijón al pecado, pero el pecado fue
quitado con el sacrificio de Jesús en la cruz y nos abrió la puerta a la
eternidad.
Pablo dijo:
«¿Dónde está, sepulcro, tu victoria?» Hoy muchos se han sepultado en la
consecución del dinero, otros en el poder, la fama, los triunfos, etc., y al
final la muerte llega. Lo grave es morir sin Cristo en el corazón, porque ya no
se tendrá oportunidad, ya no se podrá revestir de inmortalidad, por eso es
ahora la oportunidad para tomarse de la mano de Jesucristo, cruzar la frontera
de la muerte y obtener la eternidad, pues solo tenemos la victoria por medio de
nuestro Señor Jesucristo.
Lo que
sucede ahora y las cosas que vendrán son difíciles, pero solo en Cristo somos
más que vencedores. Recordemos la gran tristeza, las lágrimas, la confusión y
el temor de los discípulos, porque su maestro, después de una cruenta muerte
yace en un sepulcro, pero la oscura noche pasó y llega la gloriosa mañana, y
escuchan las más angelicales y dulces palabras: «No está aquí, pues ha
resucitado» (Mateo 28: 6a). Fue el triunfo de Cristo sobre Satanás, el triunfo
de la vida sobre la muerte. Aquella victoria de la resurrección llega hasta
nosotros en este tiempo.
Solo en
Jesucristo proclamamos júbilo y victoria, al aceptar por fe la obra que Cristo
realizó por nosotros en la cruz, y nos apropiarnos de la victoria que Él
alcanzó en su gloriosa resurrección de entre los muertos.
Hermanos,
debe arder nuestro corazón al leer los capítulos de las escrituras que nos
revelan a Jesucristo vivo y hace que nuestra vida se rinda a Él. Oración.
«Gracias
sean dadas a Dios Todopoderoso, que nos ha dado la victoria por medio de
nuestro Señor Jesucristo en su gloriosa resurrección, pues nos vestiremos de
inmortalidad y santidad cuando estemos en su presencia. Gracias Señor porque
nos abriste la puerta al cielo, pues contigo somos más que vencedores. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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