CAMINAD EN
AMOR
“Y andad en
amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros,
ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”, Efesios 5:2
Cuán
importante es el amor en nuestra vida y cuando hablamos de amar, viene de inmediato
a nuestra mente las personas que nos agradan, simpatizan y aman, familia y
amigos, pero Jesús dijo “Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?
Porque también los pecadores aman a los que los aman. […] Amad, pues, a
vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada.” (Lucas
6:32-35). Este mensaje no es nada simpático, va en contravía a nuestros
sentimientos, porque no es fácil amar a quienes nos han hecho daño, pues lo
primero que sentimos es una sed de venganza, y el Señor Jesús sabe cuál es
nuestra naturaleza, y el amor que él demanda de nosotros no proviene de los
sentimientos sino de nuestra voluntad, amar es una decisión.
Hoy traiga a
su mente las personas que lo han vituperado, que lo han menospreciado o han herido
su alma y tome la decisión de amarlos en obediencia a Cristo, “y será vuestro
galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los
ingratos y malos” (Lucas 6:35b). El amor requiere sacrificio y entrega, por eso
Dios entregó a su hijo por la humanidad. “El amor es sufrido, es benigno; el
amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada
indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la
injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se
acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará” (1 Corintios 13:4-8).
Hermano, qué
perfecto amor nos describe la Biblia, es el amor de Dios que ha sido derramado
en nuestro corazón, con el cual debemos amar a nuestro prójimo, sea simpático y
sea repelente, de igual manera lo debemos amar, solo así podemos decir:
caminamos en el amor de Cristo, el mismo amor con el que Él nos amó primero. Oración
"Amado
Padre cuántas veces me he sentido tentado a ira, a la impaciencia y a veces
hasta vengarme, pero viene a mí tu Palabra y tu Santo Espíritu me recuerda que
debo amar a mis enemigos, entonces llego ante ti humillado implorando tu perdón
y reconociendo que debo hacer tu voluntad, que de tu amor debo saciarme para
amar con tu perfecto amor y ser ofrenda de olor fragante. Te amo Señor. Amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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