Con Cristo
la tristeza se convierte en gozo
“También
vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro
corazón, y nadie os quitará vuestro gozo”. Juan 16:22
¿Quién no ha
vivido momentos de crisis?, quizás ahora mismo estés pasando por tristeza,
ansiedad, sentimientos de vacío, pérdida de interés, desesperanza, pesimismo,
culpa e inutilidad, pero no permitas que aniden en tu corazón, pues son señales
de peligro que pueden causar depresión. Hay algo que comenzó a adueñarse de tu
vida, de tus acciones, tus emociones y tu mente. Muchos se apasionan por las
finanzas, por un deporte, una relación, aún su pasado, etc., hasta el punto de
llegar a la obsesión, luego a la frustración seguida de la depresión.
Las
estadísticas dicen que más de trescientos millones de personas en el mundo
sufren de depresión, y muchos llegan al suicidio. Esto es también una pandemia
de la humanidad, con una gran diferencia de otra enfermedad, porque la
depresión la ocultamos o no se ve y nos encerramos a llorar a solas, no la
manifestamos como se hace con cualquier otra enfermedad. En el siglo veintiuno
la soledad va en aumento, cada día trae más ansiedad, pues priorizamos más el
hacer que el ser. Surge la pregunta ¿Cómo nos liberamos de esto? Muchos buscan
un libro tras otro sin encontrar solución definitiva a su problema.
La verdad,
es que la mayoría de las personas no logran superar su depresión, y se refugian
en el alcohol, las drogas y mucho más. Pero Jesús promete transitar el camino
de la vida junto contigo, y promete que nunca te dejará, ni se olvidará de ti.
Él te dice: “aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en
gozo”. Juan 16:20b.
Jesús
comprende las preocupaciones de la vida. Sabe que muchas veces cometemos
errores y vivimos con las consecuencias de ello, y como Él entiende la
profundidad de nuestro dolor, ofrece guiarnos a través del camino de la vida.
1 Pedro 5:7
dice: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de
vosotros”. Al entregar tus preocupaciones a Jesús, la tristeza se convertirá en
alegría y tu lamento en baile.
Dios nos da
el espacio para expresar nuestra queja, pero esa queja debe tener un límite
porque la queja no es una oración. Cuando oramos sin queja, descubrimos que el
gozo viene de Dios y es un gozo que permanece para siempre. Oración.
«Amado
Jesús, en momentos de tristeza viene a mí tu Palabra y me dice: “Pero alégrense
todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los
defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre”; y se alienta mi alma y
mi corazón se regocija en ti, el Dios de mi Salvación, pues te has llevado mi
tristeza y me has colmado de tu gozo, Gracias Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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