Toma
posesión de tus bendiciones
«Solamente
esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que
mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra,
para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de
tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditaras en él, para
que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te
esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará
contigo en dondequiera que vayas» Josué 1:7-9
Dios levanta
a Josué, un líder valiente, que dependía enteramente de Dios, para que pase el
río Jordán con los israelitas, a poseer la tierra que les había prometido, pero
esa tierra estaba llena de gigantes y tenían que pelearla. No era tarea fácil
pero Dios fortaleció a Josué, le prometió estar con él, le mandó esforzarse y
ser valiente y todo lo que su pie pisare Dios se lo daría.
Ahora, habrá
días en que decae nuestro ánimo y vemos gigantes las dificultades, pero es el
momento de dar pasos de fe y no bajar la guardia, porque la batalla de la fe no
se pelea una sola vez, sino una y otra vez. Vemos a los israelitas, que cuando
cruzaron el mar Rojo pensaron que ya no tendrían más batallas, por eso, cuando
oyeron el informe acerca de los gigantes que vivían en la tierra prometida,
decidieron no emprender la batalla; su valor se esfumó, por tanto tuvieron que
pasar 40 años en el desierto, pero no pudieron evitar la batalla. Cuando llegó
el tiempo para que la generación siguiente entrara en la tierra prometida, los
gigantes aún estaban allí. Sin embargo, esa vez los israelitas se armaron de
valor para enfrentarlos, y ese valor vino de la voz de Dios, de su Palabra en
la cual Josué meditaba día y noche, palabra que había guardado en su mente y en
su corazón.
En estos
tiempos, vivir la vida bajo los parámetros de Dios exige esforzarse y ser
valiente, pues se necesita ser valiente para pelear con gigantes en nuestra
vida, como levantarse contra la enfermedad y declararse sano en el nombre de
Jesucristo. Se necesita ser valiente para esperar la prosperidad cuando le
queda la última moneda y la pobreza está tocando a la puerta. Se necesita ser
valiente para que a pesar de todo faltante alabemos y adoremos a Dios con todo
nuestro corazón.
Hermano,
entra a tomar posesión de lo que Dios te ha dado, aprópiate de las posesiones
espirituales, escritas en su Palabra, te esforzarán y te darán valor para
continuar. Experimenta la victoria que tenemos en Jesucristo y recíbelo como tu
Salvador. Vive esa liberación y entra en una nueva etapa, en una nueva
dimensión, en la cual disfrutarás de las bendiciones preparadas para ti en esta
vida y en la vida eterna. Oración.
«Señor hoy
me apropio de tus promesas, no me apartaré de tu ley ni a la derecha, ni a la
izquierda, ayúdame en mis debilidades, pues quiero esforzarme y ser valiente
porque anhelo que me prosperes en todas las cosas que yo emprenda y que tu
presencia vaya conmigo donde quiera que yo vaya. Te amo Señor. Amen. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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