DESECHANDO
EL VIEJO VESTIDO
“En cuanto a
la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado
conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y
vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su
prójimo; porque somos miembros los unos de los otros”, Efesios 4:22-25
Muchos
vivimos un pasado lleno de iniquidades, tormentoso y doloroso, que lacera nuestro
corazón, cargas que pesan, cosas que aun sabiendo que no convienen las seguimos
haciendo; ahí es donde Pablo nos exhorta a despojarnos de ese viejo hombre que
está viciado conforme a los deseos engañosos, como quien se quita un vestido
sucio y toma de su closet uno limpio para vestirse nuevamente. Entre tanto no
nos despojemos de la vieja vestimenta, no podremos vestirnos de lo nuevo que es
creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
El creyente
tiene que aprender a reemplazar muchas cosas en su diario caminar, en primer
lugar despojarse de su “yo”, ese egoísmo tan enseñoreado en el ser humano; debe
crucificarlo en la cruz, así como también lo enseñó Pablo: “Con Cristo estoy
juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas
2:20a), es morir a nuestra naturaleza pecaminosa y dejar que Cristo
resplandezca en nosotros con su carácter manso y apacible.
Seguidamente
Pablo nos enseña maneras prácticas acerca de cosas viejas que debemos
sustituir: la mentira por la verdad, la ira y el enojo por la misericordia y la
amabilidad, el hurto por el trabajo, las palabras corrompidas por las palabras
sabias que sirva para edificación de los oyentes, el resentimiento por el
perdón, la auto conmiseración por la autoestima; esto es renovar la mente y
como él lo enfatiza: vestíos de amor que es el vínculo perfecto, pues somos
miembros los unos de los otros.
Hermano, no
hay excusas válidas para no abandonar nuestros viejos hábitos que nos quitan el
sosiego y no nos dejan vivir una vida de santidad y de agrado a Dios. Oración.
"Amado
Padre, soy llamado a desechar todo lo malo que hay dentro de mí, examíname oh
Dios y quita de mí: peleas, lides, contiendas, egoísmo, vanidad, mentira, ira,
enojo, gritería maledicencia. Quiero vestirme del nuevo hombre creado a tu
imagen y semejanza, vivir en santidad y honra para ti. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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