PADRE NUESTRO
“Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en
los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como
en el cielo, así también en la tierra”, Lucas 11:2
Cuando Cristo le enseñó a sus discípulos a orar les dijo que
se dirigieran a Dios como Padre. Este es el título supremo de Dios pues
encierra todo su carácter. Y nuestra posición suprema es que somos sus hijos.
Todos fuimos adoptados espiritualmente por Dios cuando creímos en Jesús. Juan
1:12-13 dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de
sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.
Saber esto debe afectar nuestra vida y nuestra relación
personal con Dios. Una relación correcta con Dios es que entendamos que es
nuestro Padre y nosotros sus hijos y eso nos hace herederos de todas sus
promesas. Nos escogió y adoptó no por ser los mejores, sino porque nos amó
desde el principio.
No somos hijos de Dios porque nos comportamos como tales,
sino porque Dios pagó el trámite legal de adopción en la cruz del calvario,
cuando Jesús derramó su sangre por nosotros. El Padre nos hizo legalmente hijos
con todos los derechos, somos herederos y no hicimos nada para merecerlo.
Fuimos aceptados por medio de Jesús. Efesios 1:6 “para alabanza de la gloria de
su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”.
Se aprende a ser hijo estando con Él, porque aprendemos su
manera de pensar, hablar y actuar. Entre más permanezcamos a su lado más nos
comportaremos como hijos de Dios. No podemos pretender comportarnos como hijos
de Dios si no lo conocemos ni mantenemos una íntima comunión con Él.
Con su muerte Jesús cambió nuestra posición de huérfanos,
porque todos estábamos destituidos de la gloria de Dios por causa del pecado.
Nos abrió el camino a la presencia del Padre y así, cambiar nuestra condición
enseñándonos a comportarnos como hijos a través de una vida en obediencia.
En Romanos 4:11 dice: “Y recibió la circuncisión como señal,
como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que
fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a
ellos la fe les sea contada por justicia”. Aquí se nos habla de Abraham, que
fue considerado justo antes de ser circuncidado. Recordemos que la circuncisión
era una señal visible y externa para el pueblo judío, de que ellos eran hijos
de Dios, pero Abraham primero fue aceptado por su fe y luego empezó a dar pasos
en ella. Es el padre de todos los creyentes independientemente de la
circuncisión, ya que nos hacemos hijos de Dios no por señales externas, sino
por nuestra fe en Jesucristo. Primero somos hijos y luego debemos empezar a
comportarnos como tales.
En este mes donde celebramos el día del Padre mostremos
nuestra gratitud a Dios, por habernos hecho sus hijos por la fe y aceptarnos
aun antes de que comencemos a comportarnos como cristianos. Qué maravilloso
amor de nuestro Padre, que nos ama con amor eterno y nos ha dado su Palabra y
su Santo Espíritu para que aprendamos a ser hijos. Oración.
"Te amo Padre y te doy gracias por haberme adoptado en
tu familia, porque por la fe en Jesucristo me hiciste tu hijo y me aceptaste
como soy. Enséñame a caminar de tu mano y aprender de ti para ser un verdadero
hijo que demuestre realmente lo que soy en ti. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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