GUARDARÉ MI CORAZÓN PARA TI SEÑOR
“Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis
razones. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; porque
son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo. Sobre toda cosa
guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”, Proverbios 4:20-23
Es cierto que amamos a Dios, pero muchas veces Él no es
nuestro primer amor, y la pregunta es: ¿amas a alguien sin haberle visto y
conocido? “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca,
y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí
no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado” (Isaías
29:13). Esto es una muestra del desconocimiento que el pueblo tiene de Dios.
Las cosas del mundo capturan nuestro corazón, profesamos nuestras propias
normas, sentimientos y decisiones aparte de Dios, no obstante, en las
dificultades acudimos a Él como el Dios que tiene que apagar el incendio.
También dice la Biblia: “Mi pueblo fue destruido, porque le
faltó conocimiento”. Nadie puede decir que conoce a Dios, y mucho menos que le
ama, si no se ha adentrado en las páginas de la Biblia, con oído atento, mente
receptiva, corazón sensible y se ha dejado cautivar por el dulce amor de
Jesucristo grabando sus dichos en medio de su corazón. Sólo allí permitimos que
sus pensamientos lleguen a ser nuestros pensamientos, su sentir llegue a ser
nuestro sentir y su voluntad llegue a ser nuestra decisión. Con su palabra se
realiza la obra transformadora de nuestro ser, se vivifica nuestro corazón y
nuestro cuerpo alcanza sanidad.
Cuando estamos enamorados no nos cansamos de hablar de la
persona que amamos, podríamos pasar horas hablando de nuestra ilusión, eso
anhela el Señor, que nuestro diario caminar sea en su amor y nuestros dichos
testifiquen de Él.
Hermano, Dios insiste: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu
corazón; porque de él mana la vida”. Entrégale tu corazón a Cristo sin
reservas, Él espera por ti. Oración.
"Amado Padre, mis ojos están puestos en ti, mi oído
está atento a tus razones, porque quiero grabar tu Palabra en mi corazón, como
el mejor tesoro, pues trae vida a mi ser y medicina a mi cuerpo. Señor, tú
estás en primer lugar en mi corazón, te amo Señor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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