LAS BENDICIONES ME ALCANZARÁN
“Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás
encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de
Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas, y si no
te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a
siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles”, Deuteronomio 28:13-14
Dios le muestra al pueblo de Israel todas las bendiciones
que vendrían sobre ellos, pero hay un "si" condicional: “si oyeres
atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus
mandamientos” “si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy”.
Dios había hecho pacto con ellos, pero eran un pueblo terco y duro de cerviz y
por eso Moisés les vuelve a dar una exhortación sobre las bendiciones a la
obediencia y también les muestra el juicio divino que vendría por su
desobediencia. Así es como Dios le dice a Israel que ellos estarán sobre todas
las naciones como cabeza, y que de ningún modo quería que fuesen sometidos por
otras naciones siempre y cuando ellos cumpliesen sus mandamientos o si no
vendría maldición y esclavitud sobre ellos.
Si bien, Dios está hablando al pueblo de Israel, un pueblo
que le dice que siempre estará al frente, hoy vemos que las bendiciones y las
maldiciones están disponibles para quienes obedezcan o desobedezcan
respectivamente. Lo cierto es que la bendición y la maldición son reales y
tienen efectos reales. Lo vamos en la parábola de los talentos, Jesús al siervo
que produjo el doble de los talentos le dio su recompensa y le dijo: “Bien,
buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en
el gozo de tu señor” (Mateo 25:21) y al que enterró su talento, su señor, le
dijo: “siervo malo y negligente, … echadle en las tinieblas de afuera; allí
será el lloro y el crujir de dientes. (Mateo 25:20). Dios es lento para la ira,
pero grande en misericordia y es de su agrado bendecir, pero él quiere que no
sólo seamos oidores sino hacedores de su Palabra y que no nos desviemos ni a
diestra ni a siniestra.
Ser obedientes a la voz de Dios implica dejar muchas cosas
que me placen, implica cambiar el rumbo de mi vida a la luz de la Biblia y esas
son decisiones que solamente yo puedo tomar, nadie las tomará por mí; entonces
las bendiciones del Señor también me alcanzarán. Oración.
"Amado Padre, tiempo atrás mi vida se movió en
desobediencia y que graves fueron las consecuencias y por la gracia del Señor
Jesucristo he vuelto mis ojos a ti y mi oído a escuchar tu Palabra para hacer
conforme a tus mandamientos, pues solo a ti quiero servir. Te amo Padre. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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