Salmo 42.1-5 La
presencia fortalecedora de Dios
La mujer abre la puerta y entra a la casa vacía. Deja caer la
cartera y las bolsas de comida en el sofá, y luego pone un CD en el
reproductor, inundando de música la casa. ¿Se ha preguntando usted alguna vez
qué impulsa a la gente a romper el silencio de una casa tranquila? Las imágenes
y sonidos de la TV y los CD llenan temporalmente nuestra necesidad de sentir
que no estamos solos.
Dios desea tener una relación cercana con cada persona, y por
eso nos creó con el anhelo de su presencia. Pero, aunque solo Él puede llenar
ese vacío, la gente trata de satisfacer su deseo de compañía con toda clase de
relaciones y actividades. Pero llenar ese lugar con algo diferente a Dios es
solo una solución a corto plazo.
La Biblia nos insta a dejar de buscar nuestra satisfacción en
las cosas que ofrece el mundo y a reconocer nuestra necesidad de buscar a
Cristo. Sin embargo, hacemos lo contrario: buscamos sustitutos a la presencia
de Dios. Los amigos, los pasatiempos y las diversas actividades dan un
entretenimiento momentáneo, consumiendo el tiempo que debiéramos invertir en
recogimiento delante del Señor. Con mucha frecuencia, cuando el placer de algo
bueno desaparece, buscamos una nueva actividad o persona para llenar el vacío.
Nada, aparte del Señor, puede llenar debidamente el lugar que
Dios se ha reservado para Él. El ruido y el movimiento solo satisfarán por
breve tiempo. La fortalecedora presencia del Señor es la única solución
verdadera. Para los creyentes, el Espíritu Santo está presente en ellos. Lo que
debemos hacer, entonces, es estar quietos para que se manifieste a nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario