Sala de urgencias. “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos;” Salmos 139:23
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un
espíritu recto dentro de mí.” Salmos 51:10
¿Alguna vez hemos tenido que ir a una sala de urgencias?
Seguramente sí, y cuando lo hemos hecho hemos encontrado que las personas que
acuden a ese lugar lo hacen porque su dolor ya no es soportable, quizás por
descuido lo han dejado avanzar, o en otras ocasiones, han pensado que
simplemente pasará, sin embargo, ésto no es así y terminan yendo a urgencias
porque no aguantan más. Cuando pensaba en ésto, el Señor, por medio de su
Espíritu Santo me revelaba que, espiritualmente puede que nos esté pasando de
manera similar, pues sólo recurrimos a Dios cuando ya estamos en urgencias, por
ejemplo, cuando hemos tomado una mala decisión y las consecuencias de nuestros
actos han llegado. Qué triste es pensar que sólo recurrimos a Dios cuando
estamos en un estado de urgencia, lo que me hacía reflexionar: ¿Cuán diferente
sería nuestra vida si nos mantuviéramos realizando chequeos permanentes? Así
como quizás muchos de nosotros lo hacemos en cuestiones de salud, pues
recurrimos al médico con tiempo para hacer exámenes de rutina y verificar que
todo esté en orden, ¿Qué pasaría si hiciéramos esto mismo en nuestra área
espiritual, si recurriéramos constantemente a Dios, en oración, para pedirle
que nos examine y vea si en nosotros hay algo que está mal? Con seguridad el
Señor nos daría a conocer la respuesta e inmediatamente nos impulsaría a tomar
acciones correctivas para que eso que nos está afectando no avance, sino que
sea sanado y quitado de nuestra vida.
Hermanos, la conclusión de este devocional es que no
esperemos estar en una condición de urgencia espiritual cuando podemos, en todo
momento, entrar a la Presencia de Dios para ser examinados y direccionados por
el camino correcto. Oración.
«Padre, qué privilegio es saber y entender que puedo recurrir
a ti en todo tiempo. Espíritu Santo, tú que pones el querer como el hacer en
mí, llévame a orar sin importar la situación que esté pasando, si mis emociones
lo quieren o no, llévame a ser constante y perseverante en este principio de
permanecer en comunión diaria con Dios. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario