El carácter del Padre en el Hijo
“Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que
me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de
hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo
hablo como el Padre me lo ha dicho.” Juan 12:49-50
¡Cuán bello es ver reflejado en Jesús el carácter del Padre!
En el versículo de hoy vemos uno de los atributos de ese carácter de Dios, la
veracidad. Por eso Jesús expresa con toda seguridad que las palabras que Él
habla son verdaderas pues toda la instrucción y enseñanza que proviene del
Padre, que es la que Él transmite a los demás, sólo son llenas de verdad como
lo expresa Juan 17:17 “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” y como
también lo afirma Apocalipsis 22:6a “Y me dijo: Estas palabras son fieles y
verdaderas”, y éstas palabras de Dios al ser verdaderas nos conducen a vida
eterna.
Al meditar en este pasaje entendía que así como el carácter
del Padre se veía reflejado en el Hijo, de la misma manera debería suceder en
la vida de nosotros los creyentes, y la pregunta que deberíamos hacernos es:
¿Estoy reflejando el carácter del Padre en mi vida, ese carácter veraz? La
respuesta la conocemos cada uno de nosotros, y a lo que nos quiere enfocar el
Señor a través de este devocional es a que así como las palabras de Jesús
reflejaban lo que había en su corazón (la palabra verdadera de Dios), de la
misma manera debería suceder en nosotros, reflejar aún con nuestras palabras la
veracidad de Dios. Para poder hacerlo, primero, debemos ser intencionales a la
hora de estudiar la palabra pues ¿cómo hablaremos conforme a Su voluntad si no
le conocemos? En el caso de Jesús vemos que Él hablaba solo lo que el Padre le
decía que dijera y lo mismo debemos aprender nosotros. Segundo, para poder
reflejar ese carácter veraz necesitamos la ayuda del Espíritu Santo de Dios
pues Mateo 10:20 nos dice: “Porque no sois vosotros los que habláis, sino el
Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.”, el Espíritu Santo es el
encargado de dirigirnos y encaminar nuestra vida para que hablemos conforme a
lo que hemos aprendido de Dios.
En conclusión, para que el carácter de Dios se vea reflejado
en nosotros sus hijos necesitamos estar en comunión con Él, permitiéndole vivir
a través de nosotros. Oración.
«Padre, yo quiero reflejar tu carácter, ese carácter
perfecto, pero lo quiero hacer no para vanagloriarme sino para poder decirle a
otros que tan solo lo que ven reflejado en mi vida es lo que ha hecho tu Hijo
Jesús por medio de tu Espíritu.
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