Dios cuida de sus hijos
“Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a
la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de
David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual
estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de
su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales,
y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.” Lucas
2:4-7
“Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las
huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las
alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” Lucas
2:13-14
Cuando leo los acontecimientos del nacimiento de Jesús, el
Hijo de Dios, nuestro Salvador, me sorprendo al ver las condiciones en las que
nació, pues por las circunstancias del momento, es decir, por el censo que se
había promulgado, José y María tuvieron que trasladarse de Galilea a Belén,
pensemos en lo difícil del viaje para María que estando a punto de dar a luz,
quien fue sacada de su lugar de confort y tuvo que ir a otra ciudad, y más aún
pensemos que en el momento de su parto tuvo que estar en un lugar que, para la
mayoría de nosotros, no sería el mejor para una mujer en estado de embarazo.
Reflexionando en esto me preguntaba porque el Padre permitió
estas circunstancias en la vida de su Hijo, más cuando al conocerlo a través de
su Palabra nos podemos dar cuenta de cuán pendiente y amoroso es Él, y pensaba
en cómo cuando creó al hombre y lo puso en el jardín del Edén, hizo todo lo
necesario para que el hombre estuviera en las mejores condiciones, toda una
creación y un hermoso jardín donde pudiera el hombre vivir.
Entonces me daba cuenta que hoy en día y desde que el hombre
pecó, hay muchas personas que no tienen privilegios y pasan por momentos
difíciles en diferentes ámbitos de su vida, pero ahí, es donde esta porción de
la Palabra de Dios debe alentarnos y avivar nuestra fe, pues a pesar de que el
nacimiento de Jesús no fue con privilegios, sino más bien en circunstancias
difíciles, podemos ver cómo Dios estuvo con José, María y el niño Jesús, y
vemos que estaba tan pendiente que aun los ángeles del cielo celebraron el
nacimiento del Salvador. De igual forma estemos seguros que como hijos de Dios
sea cual sea la circunstancia, Dios el Padre cuida de nosotros. Oración.
«Padre Dios, gracias por cuidar siempre de mí, gracias porque
aunque pasen circunstancias difíciles en mi vida, tú siempre estás ahí cuidando
de mí. Amén.
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