La superabundante gracia de Dios en nosotros
“Y poderoso es Dios
para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre
en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;” 2
Corintios 9:8
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus
riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Filipenses 4:19
La superabundante gracia de Dios en nosotros, es un hecho que
ha de ser manifestado tal y como lo recibimos, en toda su plenitud, cubriendo
todas las áreas de nuestra vida.
En razón de dar y recibir, la gracia de Dios es, una vez más,
esa buena dádiva y ese don perfecto que recibimos gratuitamente, y en este
sentido, el Señor nos enseña que, el propósito o el fin por el cual Él hace que
tengamos en todas las cosas todo lo suficiente, es para que nosotros también
abundemos en toda buena obra.
Realmente, como lo dice Filipenses 4:19, la fuente de toda
nuestra provisión o lo que hace que Dios supla todo lo que nos falta, no es la
excelencia de nuestro trabajo ni nuestras muchas capacidades, sino que son, las
riquezas en gloria en Cristo Jesús de las cuales somos herederos por medio de
la fe en Él.
Entonces, sabiendo y reconociendo nosotros que el poder es de
Dios, para hacer que abunde en nuestra vida toda gracia, lo que sucede es que
movidos y guiados por el Espíritu Santo, nos disponemos también para dar, y no
con tristeza ni por necesidad, sino con alegría y generosidad, pues Dios ama al
dador alegre (2 Corintios 9:7).
Y para aquellos que contribuimos en la ministración para los
santos, es decir, en el servicio o la ayuda para quienes trabajan en la obra
del Señor, nos es dada su promesa en 2 Corintios 9:10 que dice “Y el que da
semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra
sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,” De manera que, como
dice 2 Corintios 9:15 “¡Gracias a Dios por su don inefable!” Oración.
«Bendito Dios, gracias por la gracia que haces sobreabundar
en mi vida, haciéndome estar preparado para toda buena obra con alegría y
generosidad. Gracias porque sé que es la gloria de tu gracia en Jesucristo la
que suple todo lo que me falta, y por ello mi corazón no solo abunda en
acciones de gracias, sino también en generosas contribuciones para tu obra,
gracias Señor, amén.
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