¿Qué hacer en medio de la aflicción?
“Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración.” Santiago
5:13a
Todos en algún momento de la vida hemos tenido que pasar por
aflicciones, incluso podríamos decir que las hemos sobrellevado, alguna vez, de
manera similar: Sumergiéndonos en nuestros propios pensamientos de temor,
ansiedad y tragedia, queriendo estar solos para poder meditar en ellos, como en
alguna ocasión también le pasó a Elías (1 Reyes 19:4-9), quizás como él nos metemos
en cuevas (no físicas) sino mentales para así “llevar mejor el tiempo de la
aflicción”, o dejando de comer, lo que hace que nuestro semblante decaiga y se
empiecen a manifestar dolores en nuestro cuerpo debido a esta falta de
alimento. Incluso hay situaciones que nos sumergen tanto en la tristeza que
podríamos decir lo que Jesús: “Mi alma está muy triste, hasta la muerte;”
(Mateo 26:38b)
No importa cuál haya sido nuestra manera de reaccionar ante
estas aflicciones, lo que el Señor Jesús nos quiere enseñar a través de este
devocional y con Su ejemplo, es lo que de ahora en adelante, debemos hacer
cuando estemos en ellas: ¡Orar!
La oración fue la solución a esa aflicción que Jesús
manifestó tener en el Getsemaní (Mateo 26:36-39), dicha situación fue el momento
perfecto para no solamente desahogarse delante del Padre, exponiendo sus deseos
y su dolor, sino que también fue el momento oportuno para recibir lo más
importante: la fortaleza de Dios. Por eso es que la Biblia nos invita, en el
pasaje de hoy, a que en vez de acostarnos a dormir, o encerrarnos en nuestros
propios pensamientos o dejar de comer, más bien lo que hagamos sea orar, pues
con la oración viene la fortaleza del Señor.
Es tanto el poder que tiene la oración, que vemos a Jesús
saliendo del Getsemaní totalmente fortalecido por su Padre para ir y enfrentar
esa difícil situación, la muerte de cruz; de la misma manera debemos hacer
nosotros en el momento que tengamos situaciones de aflicción, enfrentarlas (no
solos) sino en oración, sabiendo que Dios es quien tiene todo bajo control y
que es Él quien pelea nuestras batallas.
Hermanos, si hoy estamos afligidos la palabra de Dios nos
recuerda que lo que necesitamos hacer es orar (hablar con Dios) para que la paz
de Dios que sobrepasa todo entendimiento guarde nuestros corazones y
pensamientos en Cristo Jesús (Filipenses 4:7)
Oración.
«Padre amado, gracias por guiarme y direccionarme a la manera
correcta en la que debo enfrentar las dificultades de esta vida. Por medio de
tu palabra me recuerdas que no estoy solo y que solo descansando en ti hallaré
la fortaleza para mi vida, amén.
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