Algunas cosas no son como parecen
“Sed
sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar;” 1 Pedro 5:8
Un día
estuve escuchando una predicación en la cual traían a colación una historia
mítica muy conocida del caballo de Troya, y este ejemplo llamó tanto mi
atención que de ahí surgió este tema de que algunas cosas no son lo que
parecen, pues esta simple historia nos revela que lo que ante nuestros ojos
puede parecer “inofensivo y de buenas intenciones” en el fondo no lo es, pues
cuántos de nosotros conocemos que este caballo escondía dentro a un grupo de
soldados, quienes una vez estuvieron dentro de aquella ciudad, aprovecharon
para salir de su escondite y terminar ganando una batalla que antes no habían
podido culminar. Por otro lado, la biblia nos revela un hecho de la vida real,
a Eva teniendo una conversación con una serpiente, al parecer para ella no era
algo extraño, pero aquella conversación que se veía tan natural, tan solo
escondía una gran mentira, a Satanás, quien disfrazado de aquel animal
aprovecha la ocasión para en dicha conversación poner en duda el carácter veraz
de Dios (Génesis 3:1b) y de paso incitando a Eva a que tomara una decisión
contraria a lo que Dios le había mandado (Génesis 2:16-17).
¿Por qué
quise traer esto a colación? porque toda mentira que el enemigo nos presenta
luce de esta manera «inofensiva, casual», pero una vez la dejamos ingresar en
nuestra mente y la creemos como si fueran verdades, solo producen 3 cosas en
nosotros: Nos roba, nos mata y nos destruye (Juan 10:10a) y ¿qué es lo que nos
roba, mata y destruye? Nuestra identidad, valor y propósito, pues el objetivo
del enemigo es que una vez permitamos que se siembre una mentira en nuestra
mente, ésta crezca y dé un fruto semejante, y al tener ese fruto de mentira en
nuestras vidas claramente aprenderemos a vivir conforme a ello y de eso mismo
brindaremos a los demás (Lucas 6:45).
Hermanos,
Jesús no nos oculta las intenciones del enemigo, antes nos advierte para que
estemos alertas y no caigamos en las artimañas de Satanás, pero ¿cómo hacer
esto? Espera el próximo devocional. Oración.
«Padre,
gracias por revelarme tu verdad pues gracias a ella puedo entender que la
directriz que tú das me conduce a caminos rectos y justos que serán de
bendición y provecho no solo para mi vida, sino también para todos los que me
rodean, amén.
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