Las tres C de Cristo
“Pero
recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me
seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de
la tierra” Hechos 1:8.
El título
del devocional de hoy nos ayudará a recordar más fácilmente tres acciones
cotidianas en la vida de Jesús que le permitieron cumplir su propósito hasta
llegar a la cruz para concedernos a nosotros también el alcanzar de manera
integral sus propósitos aquí en la tierra. Estas tres acciones que vemos
registradas en los evangelios y que Jesús practicaba diariamente son: conocer
el amor del Padre, corresponder a ese amor, y compartir ese amor.
Jesús podía
conocer y experimentar el amor de su Padre por medio de la comunión, pues a
través de la oración podía hablar con Dios en el Espíritu y a la vez escuchar
su voz, viéndose claramente una relación íntima y personal de amor (Lucas
22:41-42, Mateo 17:5, Juan 10:30; 14:10-11).
Como
consecuencia de esa comunión, de modo natural, Jesús podía corresponder a ese
amor por medio de su obediencia al Padre, revelándose así la forma correcta de
corresponder al amor de Dios, como lo dice Juan 15:10 “Si guardareis mis
mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los
mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor”.
Finalmente,
como resultado de su comunión y obediencia al Padre, nuestro Señor podía
compartir de manera efectiva el amor de Dios por medio del testimonio y del
servicio, enseñándonos con su ejemplo cómo hacerlo (Juan 5:36, Mateo 20:28).
En
devocionales anteriores leímos Lucas 4:18-19 y podemos decir que esta porción
bíblica es la descripción anticipada de la propia vida que Jesús llevó, y que
como sabemos, cumplió totalmente porque siempre contó con el Espíritu de Dios
para conocer, corresponder y compartir el amor del Padre. De la misma manera
debemos hacer nosotros, pues cada creyente tiene el privilegio de tener el
Espíritu Santo quien nos impulsa y nos lleva a conocer, corresponder y
compartir del amor de Dios tal como lo hizo Jesús (Hechos 1:8). Oración.
«Espíritu de
Dios, quiero responder a tu llamado, quiero, al igual que Cristo, predicar el
año agradable del Señor, por eso llévame a conocer íntimamente el amor de Dios
para así poder compartir, lleno de tu poder, ese glorioso amor que ha
transformado mi vida y que puede transformar a todo aquel que deposite su fe en
Jesús. Amén.
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