La humildad es fundamental para experimentar la gracia de Dios
“Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos,
sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los
soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano
de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo” 1 Pedro 5:5-6
“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna
en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os
perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio
por los siglos de los siglos. Amén.” 1 Pedro 5:10-11
Pedro tuvo que aprender una lección muy valiosa pero a un
precio muy alto, por eso vemos que en 1 Pedro 5:5-6 inspirado por el Espíritu
Santo escribe y recomienda a los jóvenes estar sujetos a los ancianos, pues él,
por su ímpetu en su juventud, cometió muchos errores, entre ellos negar a su
maestro al colocar su confianza en sí mismo, por eso aconseja, no solo a los
jóvenes, sino a todos, a aprender a estar sumisos unos a otros, porque no hay
nada más contradictorio que un cristiano orgulloso, por eso examinemos nuestras
vidas y si encontramos que nos cuesta estar bajo autoridad, entremos con
confianza al trono de gracia para hallar el oportuno socorro.
Pedro después de haber negado tres veces a su Señor, regresó
a su antigua profesión, de donde había sido llamado, pensando que con su propio
esfuerzo lograría tal vez disipar el dolor que sentía por haber traicionado a
su Maestro, esto suele suceder muy de seguido cuando le fallamos al Señor, pero
solo nos demuestra nuestra falta de humildad, pues en realidad la humildad nos
lleva a reconocer nuestro pecado, arrepentirnos y aceptar la gracia de Dios,
pero el orgullo en cambio nos lleva a alejarnos de Dios, sentirnos indignos y
trae remordimiento a nuestras vidas.
En 1 Pedro 5:10-11 el apóstol nos muestra cómo la gracia de
Dios es la que después de esos fracasos nos perfecciona, afirma, fortalece y
establece para cumplir su llamado, así lo pudo experimentar Pedro cuando Jesús
le dijo tres veces ¿me amas? y le encargó nuevamente cuidar sus ovejas. Hoy
Dios nos exhorta a revestirnos de humildad, porque ésta es fundamental para
recibir la gracia de Dios, pues alguien orgulloso es incapaz de extender las
manos para recibirla, además nos dice al igual que le dijo a Simón hijo de
Jonás, ¿me amas?, apacienta mis ovejas. Oración.
«Señor Jesús, revísteme de humildad, que tu Santo Espíritu me
ayude a ser como tú: manso y humilde de corazón, pues quiero cumplir con el
llamado que me has hecho. Amén.
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