Corresponder al amor de Cristo con el fruto del Espíritu
“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la
comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.” 2 Corintios 13:14
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en
mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis
hacer.” Juan 15:5
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”
Gálatas 5:22-23
Contar con la ayuda del Espíritu Santo es esencial para
corresponder al amor de Cristo, y podemos contar con su ayuda teniendo comunión
con Él, por eso el apóstol Pablo termina 2 Corintios 13:14 motivándonos a la
Comunión, pues en la intimidad con Dios por medio de la comunión con el
Espíritu es que conoceremos más la gracia de nuestro Señor Jesucristo y el amor
de nuestro Padre Dios.
Ahora bien, en la intimidad con Dios, en esa comunión con el
Espíritu Santo se produce algo maravilloso en la vida del creyente: el fruto
del Espíritu, pues al igual que un matrimonio necesita de intimidad para
producir el fruto del vientre, nosotros los creyentes también necesitamos
intimidad para que Dios produzca en nosotros ese fruto, eso fue lo dicho por el
Señor Jesucristo en Juan 15:5.
Ese fruto que se produce en la comunión y que se describe en
Gálatas 5:22-23, es el que nos permite también tener una correcta relación con
Dios, con los hombres y con nosotros mismos, pues sus tres primeras
características son ese regalo de Dios que nos llenan de plenitud, pues traen a
nuestra vida ese amor tan anhelado y buscado por el hombre, esa tranquilidad
interior que todo ser humano busca y esa alegría que todos queremos tener, y
nos permiten relacionarnos correctamente con Dios, las siguientes tres
características nos permiten tener paciencia, gentileza y bondad con nuestros
semejantes, ayudándonos en el trato interpersonal, y las últimas tres nos
ayudan personalmente pues nos dan fe, humildad y dominio propio.
Por eso hermanos, busquemos la intimidad con Dios por medio
de la comunión con el Espíritu Santo a través de la oración, la lectura de la
palabra y la obediencia, para ver en nuestras vidas ese fruto que nos lleva a
corresponder al amor de Cristo y también nos ayuda a compartir efectivamente de
su amor. Oración.
«Espíritu Santo llévame a tu intimidad y produce tu fruto en
mi vida. Amén.
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