Dejando vivir la gracia de Dios en mi para corresponder a su
amor
“Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la
gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra
ya no es obra.” Romanos 11:6
“Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy
digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la
gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo,
antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios
conmigo.” 1 Corintios 15:9-10
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para
buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en
ellas.” Efesios 2:10
¿Cuántos de nosotros vivimos la vida cristiana pensando que
depende de nuestro esfuerzo el permanecer firmes delante de Dios?, ¿o que para
poder vivir de manera correcta necesitamos hacer obras que le agraden a Él? El
apóstol Pablo nos recuerda que estamos en éste Camino no porque lo merezcamos
sino por gracia como dice Romanos 11:6, porque como es mediante la bondad de
Dios, entonces no es por medio de buenas acciones, pues, en este caso, la
gracia de Dios no sería lo que realmente es: gratuita e inmerecida, por lo
tanto, si fue por gracia que fuimos rescatados, será por la misma gracia que
podremos caminar y permanecer en Él, pues recordemos que como gentiles no
teníamos acceso a Dios, sin embargo, por la gracia y bondad de Dios fuimos
injertados en éste maravilloso plan de salvación que nos permite ahora tener
acceso al trono de la gracia de Dios para estar en una relación íntima con Él
como declara Romanos 11:22 “Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la
severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si
permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.”
Hermanos, basta ya de caminar bajo nuestro propio esfuerzo,
tratando de corresponder al amor de Cristo mediante nuestras buenas obras sin
la ayuda de Dios, recordemos de dónde hemos sido sacados, y que no fue por
nuestras obras o nuestro esfuerzo; sigamos el ejemplo de Pablo, quien reconocía
que todo lo que era y hacía era por la gracia de Dios (1 Corintios 15:9-10), y
así en humildad reconozcamos que necesitamos la gracia del Señor, para así ser
cautivados por el amor de su Santo Espíritu para corresponder al amor de Cristo
y como resultado ver el fruto en esas buenas obras que Dios preparó de antemano
como dice Efesios 2:10. Oración. Señor
Jesús, llévame por tu Espíritu, a vivir en tu gracia y así corresponder a tu
amor. Amén.
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