Renovación
de nuestra mente
“Por tanto,
así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás;
y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos
a ti, y tú no te conviertas a ellos.” Jeremías 15:19
La
renovación de nuestra mente ocurrió cuando recibimos a Jesús como nuestro
Salvador, pues por la fe nuestro pensamiento fue impactado por una idea de vida
que nos llevó a cambiar nuestra manera de pensar, entendiendo que nuestra vida
no se sostiene por nosotros mismos, sino que depende completamente de Cristo.
Ahora bien, esta transformación ocurrió primero en nuestro espíritu, que estaba
muerto y fue vuelto a la vida por su Santo Espíritu (Efesios 2:1), y luego de
dentro hacia afuera inició a cambiar todo, incluida nuestra mente. Sin embargo,
es una realidad que muchos creyentes no experimentan, entonces ¿qué es lo que
sucede?, ¿o cómo experimentamos este cambio de mente?
Para vivir
esta experiencia de renovación de nuestra mente, debemos diariamente en toda
situación cambiar los pensamientos malos por los pensamientos de Dios.
Entresacar lo precioso de lo vil significa dejar de pensar como pensábamos
antes, y por el poder de su Espíritu, alinear nuestros pensamientos a los
pensamientos del Padre, como nos enseña Romanos 12:2 cuando dice: “no os
conforméis a este siglo”, queriendo decir que no nos dejemos llevar o envolver
por las ideas que tiene el mundo.
Por lo que,
es clave que todo pensamiento que llegue a nuestra mente sea confrontado con la
Palabra de Dios, tal como Jesús lo hizo en la tentación (Mateo 4:4-9) y ya que
Cristo mora en nosotros, ¡tenemos su mente! Por lo tanto, podemos aplicar lo
que dice 2 Corintios 10:5 “derribando argumentos y toda altivez que se levanta
contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia a Cristo,”
¿Hoy cuántos
o cuáles de tus pensamientos has llevado en oración, cautivos al pleno control
de Cristo? Oración.
«Padre,
gracias porque tú me has dado a Cristo para salvarme de manera integral, para
tener pensamientos puros, ideas verdaderas y paz en mi mente. Te doy gracias
por tu sanidad y mi renovación a través de Jesús, amén.
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