Que nuestra
esperanza florezca
“Pacientemente
esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo
de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó
mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán
esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová.” Salmos 40:1-3
Cuando
depositamos nuestra fe en Jesucristo, nuestra esperanza no es defraudada, en el
caso del salmista podemos ver cómo su fe lo lleva a esperar pacientemente en
Dios, lo cual le permite darse cuenta que su oración ha sido escuchada.
El
testimonio registrado por el salmista debe traer esperanza a nuestras vidas,
pues nos damos cuenta que Dios al escuchar su clamor, lo saca de esa situación
que él llega a describir como un pozo de la desesperación. Muchos creyentes hoy
viven así, como si estuvieran en un pozo, desesperados y sin esperanza, cuando
en Cristo Jesús podemos vivir confiadamente.
El inicio
del Salmo 40 debe impulsar al creyente a depositar toda su esperanza en el
Señor, pues el Padre Dios siempre estará atento al clamor de sus hijos. Colocar
la esperanza en Jesús, nos permite vivir confiadamente, el resultado que obtuvo
el salmista fue que Dios puso sus pies sobre peña, y enderezó sus pasos, es
decir lo hizo estar seguro, además puso luego en su boca cántico nuevo,
alabanza a Dios, es decir cambió su forma de hablar, permitiendo que de sus
labios salieran palabras de agradecimiento y alabanza a Dios, para al final dar
un testimonio poderoso de los hechos de Dios que permiten a otros creer, pues
dice que “verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová.”
Que como el
salmista podamos entender que nuestra esperanza debe florecer, pues como dice
el Salmo 1:1-3 “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni
estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de
noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en
su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.” Oración.
«Señor Jesús
estoy tan agradecido por tenerte en mi vida, pues tú traes esperanza y
seguridad a todo mi ser, gracias porque sé que toda esa esperanza que es
generada en mí por tus promesas no será defraudada, gracias porque en ti puedo
confiar, pues me has ayudado siempre, y lo seguirás haciendo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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