El
nacimiento del Amor
“Y José
subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que
se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser
empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y
aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y
dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un
pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.” Lucas 2:4-7
Qué
situación tan difícil vivieron José y María aquella noche en la que nació el
Salvador de la humanidad. La Palabra de Dios no describe lo que ellos pensaron
o sintieron en esas circunstancias tan complicadas; María a punto de dar a Luz
sin tener un lugar donde quedarse, podría ser un motivo de preocupación para
cualquier mortal, pero Dios no se centra en eso, más bien nos muestra que a
pesar de que en Belén no hubiera posada, El proveyó un lugar en un humilde
pesebre.
Estar a
punto de traer un niño al mundo, pero sobretodo saber que aquel niño era el
Hijo de Dios y el Salvador de ellos y de la humanidad tuvo que haber sido una
gran responsabilidad, pero esa gran responsabilidad movida por la fe, la
esperanza y el Amor, puesta delante de ellos, específicamente en el vientre de
María, les ayudó a atravesar estas situaciones difíciles para tener el
privilegio de poder ver, cargar, proteger, y sobre todo amar al Salvador
prometido, siendo los primeros en presenciar el nacimiento de Jesús, el
nacimiento del Amor.
Esa noche de
navidad, hubo personas que se perdieron el gran regalo de ver el nacimiento del
Salvador en su casa por no darle posada a esta pareja de esposos, hoy no debe
ser así, más bien invitemos a todos nuestros familiares y amigos a que por la
fe y la esperanza, sean partícipes también de este milagro de Amor y le
permitan a Jesús venir a morar en sus corazones para que al igual que nosotros
puedan disfrutar de una relación personal con el Salvador.
Darle posada
a Dios es posible al creer y orar: Señor Jesús, gracias porque me amas,
entiendo que te necesito, reconozco que he pecado, me arrepiento y te abro las
puertas de mi corazón y te recibo como mi Señor y Salvador personal. Amén. Oración.
«Padre Dios,
te pido que tu Hijo Jesús venga a vivir en el corazón de mis seres amados, te
pido por mis familiares y amigos, para que ellos te puedan conocer y recibir
como su Señor y Salvador personal, que tu Santo Espíritu me lleve a compartir
tu mensaje de Amor. Amén.
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