Enciende el
amor por medio de la fe
“Trayendo a
la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela
Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Por lo cual te
aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición
de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder,
de amor y de dominio propio.” 2 Timoteo 1:5-7
“Ponme como
un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es como
la muerte el amor; duros como el Seol los celos; sus brasas, brasas de fuego,
fuerte llama. Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los
ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto
lo menospreciarían.” Cantares 8:6-7
Este hermoso
poema citado en el libro de Cantar de los Cantares que hace alusión al amor
entre esposos, también nos muestra el amor entre Cristo y su novia la Iglesia,
y nos deja ver cuán fuerte y poderoso es el amor, y la verdad es que el amor de
Dios es tan fuerte y poderoso que es capaz de salvar al más cruel pecador.
A medida que
en nuestra relación de esposos pasamos más tiempo con nuestro cónyuge, le
conocemos más, las profundidades de su alma, su ser, y eso nos conecta más
profundamente y alimenta más la llama del amor. Con Dios pasa lo mismo, a
medida que pasamos tiempo con Él esa llama de su amor se enciende, pero
necesita de un combustible importantísimo, la fe, pues como vimos en
devocionales anteriores “sin fe es imposible agradar a Dios; porque es
necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de
los que le buscan” hebreos 11:6, además es necesario recordar que este
combustible llamado fe solo se activa por el oír la Palabra de Dios, como
declara Romanos 10:17
Que en esta
navidad escuchemos la exhortación que como a hijos amados se nos hace, para
avivar el fuego del don de Dios que está en nosotros, ese amor que ha sido
derramado en nuestros corazones, porque no nos ha dado Dios espíritu de
cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Oración.
«Amado
Padre, gracias por ese maravilloso don de tu amor derramado en mi corazón, un
regalo inmerecido, que me has dado al depositar mi fe en Ti, ayúdame a tener
intimidad contigo, y a avivar esa llama poderosa del amor, enciéndela por medio
de la fe, gracias a lo que me dices por medio de tu Palabra y en la comunión
con tu Santo Espíritu. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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