El corazón
de la fe es el corazón de la navidad
“Puestos los
ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe,” Hebreos 12:2a
Dios nos
exhorta a depositar nuestra fe en su Hijo, pues Él es el autor y consumador de
la misma (Hebreos 12:2a), y nos pide esto porque Jesús nunca defraudará la
confianza que depositemos en Él, es más, él nos ayudará por medio de su Santo
Espíritu, a recordar todas las cosas que se nos ha enseñado y nos enseñará todo
lo necesario para que en nosotros se forme un carácter que nos ayude a vivir
por convicción de acuerdo a su Palabra, lo que nos permitirá caminar con
certeza aun por encima de difíciles problemas.
El apóstol
Pedro experimentó esta gran lección acerca de la fe y de por qué ésta se debe
depositar en Jesús, Mateo 14:28-31 dice: “Entonces le respondió Pedro, y dijo:
Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y
descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al
ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo:
¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo:
¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”
Mientras
Pedro tenía puestos sus ojos en Jesús, su certeza y convicción estaban puestas
en lo que Jesús le había dicho: “ven”, permaneciendo así sobre las aguas, pero
cuando dejo de ver a Jesús, las circunstancias, es decir el fuerte viento, le
hicieron dudar y tener miedo, pero ahí, aunque dudó, esa confianza en su amigo
no fue defraudada, pues Jesús extendió su mano y lo salvó.
Este
testimonio nos demuestra por qué Jesús debe ser el corazón de nuestra fe, por
eso en esta navidad prediquemos de Él, para que Jesús también sea el corazón de
la navidad, al ser el Señor del corazón de las personas con las cuales tenemos
el privilegio de compartir en estas festividades. Oración.
«Padre
Santo, te pido que me ayudes por medio de tu Santo Espíritu a permanecer con mi
mirada puesta en tu Hijo Jesús, no dejes que los problemas, las dificultades,
las enfermedades o aun las bendiciones, los placeres o los afanes de este mundo
me hagan desviar mi mirada hacia otro lado; llévame a vivir por convicción,
creyendo firmemente en lo que me dices por medio de tu Palabra, teniendo la
certeza que si me dices “ven”, entonces podré ir hacia ti, porque me ayudarás a
llegar a ti, aun si eso implica recorrer caminos por los cuales nunca me
imaginé pasar. Ayúdame también a hablarles de ti a todas las personas con las
cuales pueda compartir en esta navidad. Amen.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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