La fe
verdadera te lleva a Jesús
“Cuando oyó
hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto.” Marcos
5:27
En el relato
mencionado en el evangelio de Marcos, donde se describe a una mujer que durante
doce años había padecido de flujo de sangre, podemos ver cómo la fe verdadera
siempre lleva a Jesús, esta fe es la producida al escuchar la Palabra de Dios.
Marcos 5:27
declara que esta mujer oyó hablar de Jesús, y eso la llevó a tomar la decisión
de depositar su fe en el Señor, por lo cual lo buscó, aun exponiéndose a un
rechazo público, pues en la ley mosaica se establecía que una mujer en estas
condiciones era considerada inmunda (Levítico 15:19-30).
Lo
maravilloso de este hecho es que Jesús no defraudó la fe de esta mujer, por el
contrario, la exaltó, pues Él mismo es quien le dice: “Hija, tu fe te ha hecho
salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.” Marcos 5:34; muy distinto fue el
resultado que ella obtuvo al depositar su fe en otras personas como dice Marcos
5:26 “había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y
nada había aprovechado, antes le iba peor”.
Por lo tanto,
podemos estar seguros que, testificar de lo que Jesús ha hecho en nosotros,
producirá un efecto maravilloso en aquellos que decidan depositar su fe en el
Señor, pues al igual que aquella mujer, encontrarán más que la solución a su
problema, encontrarán la salvación.
Que no
importe la situación por la cual estemos atravesando, cuando las cosas se
pongan difíciles, reflexionemos en esta historia, y pidamos a Dios poder hacer
lo mismo que esta mujer, buscar con ímpetu a Jesús para depositar nuestra fe en
Él.
También
aprovechemos esta navidad para compartir de Aquel que vino a nacer en un
pesebre, que murió, resucitó y ahora vive en nuestro corazón, pues esta es la
forma de encender la fe verdadera en los demás. Oración.
«Padre
Celestial, hoy tengo el privilegio de entrar a tu presencia por haber
depositado mi fe en tu Hijo Jesucristo y en su obra maravillosa en la cruz; en
mi corazón tengo gratitud porque un día, un hijo tuyo me compartió tu verdad,
el evangelio de salvación, y esa fe verdadera que produce tu Palabra me acercó
a Cristo; hoy, te pido que me uses de igual manera, para testificar de tu gran
amor y así otros lleguen a ti. Amen. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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