Esperanza no
defraudada
“Pero una
mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido
mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado,
antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la
multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré
salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que
estaba sana de aquel azote.” Marcos 5:25-29
No hace
falta aclarar que la esperanza que tenía esta mujer mencionada en Marcos
5:25-29 era encontrar sanidad, pues el hecho de ser librada de aquel azote no
solo tendría repercusiones físicas sino también emocionales, ya que sería
reincorporada a la sociedad, porque recordemos que de acuerdo a la ley había
normas estrictas establecidas en Levíticos que no permitían que mujeres con
flujo de sangre pudieran tocar a otros (Levíticos 15:19-33).
Físicamente
¿cómo le podría afectar esta situación?, imagina esta persona que perdía cada
día sangre, cuan cansada se tendría que sentir, ¿cómo hacía para caminar, para
conseguir de comer?, difícil situación, ahora emocionalmente ¿cómo le afectaría
esto? Mucho, pues cuánto le costaría tener esposo, amistades, hijos, ¿cuán
golpeada podría estar su autoestima?, así que podemos entender su desespero por
hallar una solución, al punto de gastar todo lo que tenía creyendo que con
aquellos médicos lo lograría, más esto no fue así.
Pero al
depositar su fe en la persona correcta, Jesucristo, su esperanza cobra un
verdadero sentido, pues antes buscaba solamente una curación de su enfermedad
(algo que le podían ofrecer los médicos), pero al conocer a Jesús, se genera en
ella una esperanza mayor: la salvación. “Porque decía: Si tocare tan solamente
su manto, seré salva.” Marcos 5:28
Entonces al
tener su fe puesta en Jesús, su esperanza no fue defraudada, pues obtuvo
sanidad física: “Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el
cuerpo que estaba sana de aquel azote.” Marcos 5:29, y mejor que eso encontró
salvación: “Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva;” Marcos 5: 34a y
además halló sanidad emocional: “ve en paz,” Marcos 5:34b. Por eso estemos
seguros que si llegamos a Jesús creyéndole a Él, nuestra esperanza nunca será
defraudada, y al igual que aquella mujer encontraremos mucho más de lo que
esperamos. Oración.
«Señor Jesús
gracias porque en ti he encontrado mucho más de lo que buscaba, gracias porque
ahora tú eres quien le das sentido a mi vida, gracias porque tú me has salvado
y me has llenado de tu amor. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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