Dios es quien capacita
“Además dije
al rey: Si le place al rey, que se me den cartas para los gobernadores al otro
lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá; y carta
para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las
puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que
yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre
mí.” Nehemías 2:7–8.
En estos
versículos vemos cómo Nehemías, el “copero del rey”, es capacitado de forma
sobrenatural por Dios para una obra de ingeniería, como era la reconstrucción
de los muros y las puertas de Jerusalén.
Este hombre
había dispuesto su corazón para servir a Dios y a su pueblo, había orado con
diligencia y había planificado lo que requeriría para lograr su cometido.
Probablemente no era ingeniero ni arquitecto, pero sí un creyente apasionado y
comprometido con el reino de Dios. Él creía en el “Dios grande, fuerte y
temible” que había salvado a su pueblo en muchas otras oportunidades y que
podía hacerlo una vez más; y Dios utilizó cada cosa en la vida de Nehemías para
cumplir su propósito, por lo que, nada en su pasado, su presente o su futuro
fue en vano. Ahora Nehemías servía en la corte de un rey pagano muy poderoso, a
quien Dios le tocó el corazón para que dotara a su siervo con poderes
especiales para su difícil viaje y con los mejores materiales de la región para
reconstruir las ruinas de su amada Jerusalén.
De parte de
nosotros, Dios solo necesita una verdadera conversión y que asumamos la
responsabilidad que esta conlleva (arrepentirnos de nuestros pecados, orar y
conocer a Dios en intimidad). A medida que crezcamos en la fe, el Espíritu
Santo colocará en nuestro corazón la disposición de servirle incondicionalmente
y un compromiso firme por su Reino. Dios se puede servir de cualquier
circunstancia, persona o lugar y de cualquier cosa que haya pasado en nuestra
vida para que podamos cumplir todo su propósito por imposible que este sea. Oración inicial
«Señor
Jesucristo, soy consciente de mi incompleta capacidad humana para servirte; por
otro lado, creo y confío en que tu Espíritu Santo pondrá todo a mi favor para
que, en el poder de tu fuerza, yo pueda cumplir todo tu propósito en mí. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
No hay comentarios:
Publicar un comentario