Yugo fácil y
carga ligera
“porque mi
yugo es fácil, y ligera mi carga.” Mateo 11:30
Estar unidos
al Señor es lo más fácil que nos corresponde hacer y trabajar para Él es la
carga más ligera que podemos tener. Pero ¿Por qué a veces estamos tan
frustrados y estresados con este yugo y con esta carga? Básicamente por dos
principales razones; la primera, porque queremos ser independientes para elegir
el camino, y la segunda, porque insistimos en cargar individualmente con los
trabajos. Pero lo correcto es que, si estamos unidos al Señor, debemos seguir
el camino que Él nos indique y, si estamos trabajando en su obra, tenemos que
aceptar la ayuda del Espíritu Santo.
Su Palabra
dice en Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en
mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis
hacer.” Debemos reconocer nuestra dependencia del Señor para todo lo que realicemos,
entender que nuestro yugo es con Él, porque si intentamos separarnos y tomar
caminos diferentes nada podremos hacer. Como dice Filipenses 4:13, todo lo podemos,
pero en Cristo que nos fortalece.
Los
Apóstoles ningún trabajo realizaron hasta que no vino sobre ellos el Espíritu
Santo, fue la orden del Señor, Él les dijo en Lucas 24:49 “He aquí, yo enviaré
la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de
Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.” Lo mismo sucede
con nosotros, es imposible obrar en nuestras fuerzas porque es Dios, por medio
de su Espíritu, quien nos da el poder, la dirección, sabiduría, gozo y ánimo
para ser sus testigos hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8).
Entonces, es
verdaderamente importante que nos tomemos un momento para reconsiderar si
verdaderamente estamos llevando el yugo y la carga del Señor de la manera
correcta, es decir, con su dirección y en su poder. Oración.
«Padre, me
has hecho uno con Cristo, me has dado tu Espíritu y me has concedido dones y
talentos, es decir, que tengo todo para llevar mucho fruto y vivir en completo
gozo y agradecimiento; así que, te alabo por este privilegio y te pido que cada
día me permitas vivir más por tu gracia y en el poder de tu Espíritu, en Cristo
Jesús, Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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