Llamando la
atención
“echando
toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” 1 Pedro
5:7
¿Qué tan
frecuente es nuestra búsqueda de Dios cuando necesitamos ser escuchados y
recibir una palabra de ánimo?
Tenemos la
costumbre de que cada vez que queremos que alguien nos escuche hacemos y
decimos muchas cosas, tratando de llamar la atención de una persona, pero pasa
que en muchas ocasiones somos ignorados porque cada uno está concentrado en sus
propios conflictos.
Es muy
curioso ver cómo a veces somos tan complicados, pues sufrimos porque nadie nos
presta el cuidado que necesitamos, pero a la vez, ponemos en lista de espera a
Dios, quien cada día está haciendo todo por llamar nuestra atención y decirnos
“ven a mí, porque yo tengo cuidado de ti”. Tenemos a Dios disponible para
nosotros todos los días y en todo momento, pero insistimos en buscar a alguien
que está ocupado todo el tiempo.
Sabemos que
el Señor en su iglesia ha puesto personas con aptitudes, capacidades y
sabiduría para ayudar y aconsejar a otros; pero, entonces la manera correcta de
acudir a ellas cuando estemos pasando por momentos difíciles y necesitemos la
ayuda y el consejo de alguien más, es primero buscar a Dios, depositar sobre Él
todas nuestras ansiedades, problemas y tristezas, confiando en que Él nos
enviará o nos indicará la persona con la cual podemos hablar.
Nunca
nuestra fe y esperanza debe estar puesta en las personas sino en Dios, quien
obra a través de ellas; por eso es importante que siempre lo busquemos primero
a Él, teniendo la certeza de que Él se encargará de indicarnos el momento,
medio y lugar en el que nos debemos contactar con alguien más, así todo será
bajo su voluntad y dirección, lo cual hará que todo obre para nuestra
bendición. Oración.
«Padre, eres
poderoso y bueno, puedes estar en todo lugar al mismo tiempo y siempre tienes
la voluntad de escuchar y ayudar a quien va a ti con fe; por eso te pido que me
ayudes a entender que en toda situación mi primera opción debes ser tú, buscar
tu rostro y contarte todo. Gracias porque sé que nunca voy a ti en vano, pues
siempre en tu tiempo y conforme a tu voluntad me responderás, gracias en el
nombre de Jesús, Amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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