Una prueba de amor. Parte 2
“Pero
fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros,
como conviene a santos;” Efesios 5:3
“Porque
sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene
herencia en el reino de Cristo y de Dios”. Efesios 5:5
El sexo es
un regalo maravilloso y bendición de Dios para un hombre y una mujer que se han
unido en matrimonio, es algo exclusivo.
Sin embargo,
así como Balaam enseñó a Balac a poner tropiezo al pueblo de Israel, llevándolo
a que practicara la fornicación con la mujeres de Moab (Apocalipsis 2:14,
Números 25:1-3), el mundo enseña mal, al decir que tener relaciones fuera del
matrimonio es algo normal, y lleva a los jóvenes a ofrecer “una pruebita de
amor”, cuando en realidad solo los están llevando a perder el juicio, pues
“Fornicación, vino y mosto quitan el juicio” (Oseas 4:11) y a alimentar la
tendencia pecaminosa y los deseos de la carne, que llevarán a cualquier
relación a enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones y a
pecados sexuales que harán que se hagan daño a sí mismos (Gálatas 5:20, 1
Corintios 6:18 ).
Sumado a las
enfermedades de transmisión sexual y a los embarazos no deseados, la
fornicación tiene consecuencias terribles para nuestra vida, pero debemos saber
que cuando recibimos a Cristo somos templo de su Santo Espíritu y nuestro
cuerpo es sagrado pues tiene un inmenso valor, ya que hemos sido comprados por
un alto precio, la sangre preciosa de Cristo.
Así que, si
hemos caído en esta práctica, es momento de apartarnos de ella y empezar a
glorificar a Dios con nuestro cuerpo y espíritu, los cuales son de Dios (1
Corintios 6:20). Oración.
«Padre
amado, quiero vivir una vida santa y disfrutar en el matrimonio todas las
bendiciones que tú tienes para mí; por tanto, anhelo guardarme en total
santidad, en espíritu, mente y cuerpo. Señor guíame a glorificarte en la fe de
Cristo, Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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