Edificar sobre la arena
“¿Por qué me
llamáis, Señor, Señor, ¿y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí,
y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es
al hombre que, al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre
la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella
casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que
oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin
fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la
ruina de aquella casa.” Lucas 6:46-49
Edificar
sobre la arena, como lo explica el Señor Jesús en el pasaje bíblico de hoy, es
construir nuestra vida sin obedecer su Palabra, consecuencia de esto es
edificar sobre lo que nosotros pensamos que está bien o lo que nos agrada, en
base a nuestras costumbres o un carácter falto de amor al prójimo y también
sobre lo que las demás personas dicen.
Cuando
nosotros hacemos esto definitivamente nuestra vida va a estar frecuentemente en
muchos altos y bajos, será inestable y no tendremos paz, puesto que el hombre
no puede ver más allá de lo físico, no sabe lo que sucederá en el futuro, no
tiene nada bajo control y la verdad es que en esencia no conocemos nuestro
corazón (Jeremías 17:9-10).
Ejemplo de
esto, es cuando ponemos nuestra confianza o dependemos estrictamente del dinero
o las riquezas, va a pasar que el día que no las tengamos, que se minimicen o
que se pierdan, nuestra vida no tendrá sentido, sentiremos que todo se acaba y
que estamos arruinados. Lo mismo sucede cuando nuestra estabilidad emocional
depende de la expresión de afecto de otra persona o de su compañía, sucederá
que cuando ésta, sin razón alguna y porque así lo quiso, se aleje y nos deje,
sentiremos que estamos vacíos, que no vale la pena vivir y hasta haremos lo
mismo con otras personas a causa de nuestro dolor.
Definitivamente,
como lo dice la escritura claramente, edificar sobre la arena es asegurar que
cuando en nuestra vida vengan ríos, vientos y lluvias, es decir, problemas,
dificultades o tiempos de prueba, no resistiremos y caeremos. Así que, nuestra
más sensata y sabia decisión es estar atentos todo el tiempo a lo que nos dice
nuestro Señor por medio de Su Palabra, para ponerla en práctica, ya que esta
aumenta nuestra fe en Dios y nos da principios para cada situación (Romanos
10:17, 2 Timoteo 3:16). Oración.
«Poderoso
Dios, eres tan misericordioso que por amor, enviaste a tu Hijo para darnos
salvación y revelarnos tu carácter; conocemos por medio de lo que Él nos enseñó
y lo que está escrito cuán bueno y justo eres Tú. Por lo que te pedimos que
abras nuestros oídos espirituales para siempre escucharte y poner en práctica
lo que nos mandas, sabemos que en todo tiempo será para nuestro bienestar y tu
gloria, Amén. Difundiendo el mensaje
de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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