Tiempo para alimentarse
“y todos
comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida
espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era
Cristo.” 1 Corintios 10:3-4
Generalmente,
como individuos tradicionales, tenemos un horario planeado para alimentar
nuestro cuerpo y es de gran vitalidad, porque renueva nuestras fuerzas y nos da
energía para todas las actividades del día. Pero ¿será que sucede lo mismo con
nuestro alimento espiritual?, ¿Seremos igual de constantes y ordenados para
saciarnos espiritualmente?
Tan
necesario y vital como nuestro alimento físico es nuestro alimento espiritual,
el cual consta del banquete de su Palabra, donde podemos tomar promesas que
animan y alimentan nuestro espíritu cada día. Dice la Palabra de Dios que cada
mañana es renovada su misericordia (Lamentaciones 3:22-24), es decir, que cada
día que abrimos nuestros ojos y levantamos nuestra cabeza es por el gran amor
de Dios, es un milagro. Pero muchas veces nos levantamos con tanta hambre
física que hace que pospongamos u olvidemos nuestra necesidad espiritual.
Entonces, vienen las dificultades, los problemas, las pruebas, las tentaciones,
y estamos débiles.
Debemos ser
conscientes de la gran exposición maligna a la que nos enfrentamos día a día,
que comienza desde hacernos olvidar de nuestro mayor suplemento espiritual,
hasta hacernos pecar por nuestra debilidad (1 Pedro 5:8).
Así que,
como nos enseñó nuestro Señor con su ejemplo, si sabemos que tenemos muchas
tareas en el día y que vamos a estar muy ocupados, lo mejor es que madruguemos
un poco más para tener tiempo de alimentarnos espiritualmente y así salir bien
fortalecidos a ese nuevo día. Recordemos que, así como Dios renueva cada mañana
su misericordia, también es de su agrado que nosotros las anunciemos, como dice
el Salmo 92:1-2 “Bueno es alabarte, oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh
Altísimo; Anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche”
Oración.
«Padre, que
el alimento espiritual cada día me sea tan importante como lo es el sustento
físico; gracias por permitirme tener a la mano tu Palabra y gracias por tu
Espíritu que me la revela. Oro a ti para que en este día me fortalezcas y me
sacies con toda palabra que sale de tu boca. En Cristo Jesús, Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario