OFRENDA QUE TRAE GOZO
En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis
revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os
faltaba la oportunidad. No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a
contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener
abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para
tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad”,
Filipenses 4:10-12
Pablo fue detenido en Jerusalén y encarcelado por dos años y
luego fue trasladado a una prisión en Roma. En estas circunstancias los
Filipenses no habían tenido contacto con Pablo, pero al enterarse, ellos se
ocupan de sus necesidades con sus ofrendas. Pablo comparte la alegría de
recibir la ofrenda de los filipenses, pues él tenía gran necesidad, y a pesar
de que el apóstol sabe vivir alegre, teniendo mucho o teniendo poco, se
regocija con estas dádivas.
Notemos la enseñanza que él quiere dar a sus seguidores y a
nosotros para que aprendamos de su ejemplo y practiquemos lo mismo. Muchos
somos indiferentes a la necesidad de nuestro prójimo y si ayudamos, siempre lo
hacemos con lo que nos sobra, pero la Biblia nos enseña diferente: “El que
hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno,
para que tenga qué compartir con el que padece necesidad” (Efesios 4:28)
Ahora, si hay escasez o hay abundancia es parte del plan y
la voluntad de Dios, con lo cual tenemos que aprender a vivir bien cualquiera
que sea nuestra situación, tanto a quedar saciado como a pasar hambre.
Jesucristo repetidamente nos habla de las cosas materiales y dijo: "No os
afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Mas
buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas. (Mateo 6:31-33).
Cuando el Espíritu de Dios derrama amor en el corazón de una
persona, hay desapego a las cosas materiales y despierta la generosidad; esto
es guardar tesoros en el cielo. La generosidad tiene que ser un ejercicio
sabio, como administración de los bienes que el Señor nos ha dejado prestados.
La persona que invierte en la eternidad, ayudando al
necesitado y apoyando la obra del Señor, es la persona que verá suplidas sus
propias necesidades. Dios promete recompensar a aquel que administra sus bienes
con fidelidad. Por eso, Pablo dice: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os
falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" (Filipenses
4:19).
Es importante encontrar libertad en nuestras vidas sobre las
cosas materiales, pues el dar es un fruto de justicia, de amor y generosidad. Oración.
Amado Dios, acepto con alegría de corazón las situaciones de
mi vida, como parte de tu plan y voluntad, sea que tenga abundancia o escasez,
me gozo en tu presencia. Quiero con gozo en mi alma, dar lo mejor de mí y de mi
ganancia como fruto de amor, justicia y generosidad. Te amo Señor, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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