EL LLAMADO DE DIOS
Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús,
diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca
que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban
con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de
Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de
hombres. Lucas 5:8-10
Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos
sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio
del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo
escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo
menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de
que nadie se jacte en su presencia. 1
Corintios 1:26-29
Muchos se enaltecen de sus logros temporales, pero todos
tenemos muchas debilidades. A pesar de esto, Dios conociendo el corazón del
hombre nos envió el modelo perfecto de amor y santidad para que habitara entre
nosotros y luego en nosotros, y por su sacrificio en la cruz, nos concedió la
capacidad de agradar a un Dios perfecto y Santo a través de la fe.
Entonces por lo que Él hizo, y no por lo que nosotros
hayamos hecho o merecido, podemos acercarnos con toda confianza a su presencia,
pero también nos dejó la promesa de que seremos semejantes a Él (1 Juan 3:2),
siendo personas débiles, nuestra fuerza y capacidad radica en la confianza que
depositamos en Cristo y en la dependencia a su poder y amor.
Por esto Dios llama a hombres que, según el modo del mundo,
no son poderosos, ni sabios, ni nobles, sino que se rinden a sus pies, que se
despojan de su propia humanidad para vivir por Él y para Él.
El primer paso del llamado de Dios, como lo vemos en Pedro,
es arrepentirnos de nuestros pecados, reconocer nuestra debilidad y necesidad de
Jesús, ir a sus brazos a recibir de Él la verdadera sabiduría, poder y amor
esencial para vivir agradándole al Padre.
¿Estás atendiendo el llamado de Dios para dejar todo pecado
y temor, y ser ahora pescador de hombres?
Oración.
Señor, que mis oídos estén atentos a tu llamado, a reconocer
que no es en mi propia fuerza, sino en tu poder y amor, que soy fuerte. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
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