LA SANIDAD DEL ALMA
Pero él fue herido por nuestras transgresiones, molido por
nuestros pecados. El castigo que nos trajo paz fue sobre él, y por sus heridas
fuimos nosotros sanados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual
se apartó por su camino. Pero el SEÑOR cargó en él el pecado de todos nosotros.
Isaías 53:5-6
Las mentiras del mundo actual y del maligno (Juan 8:44)
confunden nuestra mente, esclavizan nuestra voluntad y perturban nuestras
emociones, llevando también a enfermar nuestro cuerpo.
Estas enseñanzas de mentira, aunque sutiles, nos desvían de
la paz, del gozo y de la esperanza que sólo da Dios y su Palabra. Nos llevan a
adoptar comportamientos que perjudican nuestra relación con los demás y nuestra
forma de vivir. Al final, como creemos, así mismo vivimos.
Por eso una creencia correcta nos lleva a una vida correcta,
y esto es lo que nos enseña la Biblia, a que cambiemos nuestra forma de pensar
y a no pensar conforme piensa el mundo, sino que seamos dirigidos por los
principios de Dios, para que experimentemos en realidad su voluntad que es
buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2). Él solo quiere nuestro bien como
Padre amoroso, no nuestro mal, por eso los planes que tiene son para darnos un
futuro lleno de bendiciones y de paz eterna. (Jeremías 29:11).
Por lo tanto, la sanidad del alma empieza con la fe en
Cristo. Cuando Él entra a nosotros limpia nuestro corazón, que es el centro de
nuestras emociones, voluntad y pensamiento, y de ahí llega la sanidad; cuando
seguimos sus principios a pesar de la mentira del mundo actual, y cuando
andamos conforme a sus propósitos y no seguimos nuestros deseos desordenados.
Piensa en qué tantas mentiras crees y entonces sabrás qué
tan enfermo estás; pero recuerda que solo en Cristo hay verdadera sanidad del
alma. Oración.
Señor sana mi vida de toda mentira y de toda falsa creencia,
renueva mi mente para conocer tu voluntad y ser sanado por medio de tu Palabra.
Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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