PROMESA DE SALVACIÓN
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga
vida eterna. Juan 3:16
Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél
que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día
postrero. Juan 6:40
Esta es la promesa de Dios, que todo aquel que crea en su
hijo, aunque muera físicamente, despertará para vivir eternamente con Dios.
(Juan 11:25). Todos nosotros estábamos lejos del Padre, nuestro espíritu estaba
muerto a causa del pecado y en esto se mostró el amor de Dios: envió a su hijo,
se hizo hombre, habitó entre nosotros, para enseñarnos su Palabra, para darnos
ejemplo, para morir a causa de nuestros pecados y delitos.
Esta promesa de salvación fue escrita con la sangre preciosa
de Jesús, por lo tanto, Dios no dejará de cumplirla en el corazón de todo aquel
que escucha y cree, para tomarlo y sacarlo de la oscuridad, llevándolo a La Luz
verdadera de Cristo, como dice la escritura: el cual nos ha librado de la potestad
de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13).
Entonces, es una promesa cierta que, al ser tomada, tiene
como consecuencia la vida eterna, la paz verdadera, la redención (salvar o
rescatar a alguien, dar por terminado un castigo, liberar algo que estaba
hipotecado o embargado) de nuestra alma. Recordemos que fuimos comprados con la
preciosa sangre de nuestro Salvador y Redentor Jesucristo.
Ahora, Jesús desea que vivamos una relación íntima y
personal con Dios a través de su vida en nosotros; somos sus hijos, por eso
tenemos un futuro y una esperanza cierta gracias a Cristo que nos dio esta
promesa de salvación. Oración.
Gracias Padre, porque por medio de Jesús me has dado vida
eterna, para agradarte y para obedecerte, y disfrutar de vida plena y la
certeza que estás conmigo eternamente. Amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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