PERMANECER EN CRISTO
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede
llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si
no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en
mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis
hacer. Juan 15:4-5. Si somos persistentes en las cosas temporales que nos dan
una felicidad momentánea, cuánto más debemos insistir en buscar las cosas
eternas. Realmente nuestra prioridad debe ser agradar y servir a Dios con todo
lo que tenemos: cuerpo, alma y espíritu.
Es un problema de enfoque. Aquello en que nos concentramos
más termina tomando todo nuestro tiempo, fuerza y vida, pero si nos
concentramos en Cristo, en conocerle más, en agradarle viviendo como Él vivió,
estamos permaneciendo en Él (1 Juan 2:5-6).
Permanecemos en Él cuando obedecemos su Palabra, cuando la
hacemos nuestra y practicamos sus principios usándolos en cada aspecto de
nuestra vida; por esto Cristo nos enseñó que. Si guardareis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre,
y permanezco en su amor. (Juan 15:10).
Y en este aspecto se revela o hace evidente si permanecemos
en Él, si cumplimos este mandamiento: El que ama a Dios, ame también a su
hermano. (1 Juan 4:21).
En resumen, permanecemos en Él, viviendo como Cristo vivió,
siguiendo su ejemplo, guardando su Palabra y amando a nuestro prójimo; es
cuestión de obediencia. Oración.
Señor, guíame con tu Espíritu a obedecerte y a vivir como tú
viviste, lleno de amor para con mis hermanos y mi prójimo. Amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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