IGNORANCIA ESPIRITUAL
Oración.
Señor, me deleito en tu Palabra porque en ella radica mi seguridad y adquiero cada día más entendimiento, abre mis ojos a cada enseñanza, a la verdad, pues me aleja del mal y me da libertad. Amén.
teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.” Efesios 4:18-19
Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Hechos 17:30-31
Por su ignorancia hacia Dios, el hombre ha caído en su propia trampa, va camino a la autodestrucción, creyendo sabio su propio entendimiento, ha dejado de buscar a Dios, de reconocerlo como fuente fundamental de vida y sustento de todas las cosas con la Palabra de su boca.
Por lo tanto, se ha hecho necio, pues si alguien quiere hacerse sabio y demostrar su inteligencia que la demuestre como dice el proverbio: “obedeciendo a Dios y conociéndolo. (Proverbio 9:10)
Dios se ha revelado claramente por medio de Jesucristo, sin intención que nadie perezca en su propia ignorancia, sino que todos por medio del conocimiento de Cristo, esencialmente por la fe en su muerte y resurrección, sean salvados.
Esta ignorancia sobre Dios es la causa de todos los males actuales, porque Dios envió el remedio en su hijo, y juzgará al mundo por medio de Él, cuando revele quiénes lo aceptaron o quiénes lo rechazaron. (Juan 3:17).
Si somos sabios o ignorantes, no depende de la multitud de estudios o títulos académicos, que si bien son importantes para estar preparados para nuestra profesión y para la gloria de Dios, nuestro conocimiento principal debe ser Cristo mismo, pues Él es poder y sabiduría de Dios. (1 Corintios 1:24).
Por tanto, si el conocimiento de Dios es Cristo mismo, la Palabra hecha carne, y si nuestra equivocación radica en no conocer la escritura, ni el poder de Dios, (Mateo 22:29) entonces debemos ir a ellas, buscando con ansias salir de la oscuridad a la luz y llevando sin egoísmo este conocimiento de Dios a todos, para que, por medio de la fe en Cristo, derrotemos la ignorancia espiritual. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
Oración.
Señor, me deleito en tu Palabra porque en ella radica mi seguridad y adquiero cada día más entendimiento, abre mis ojos a cada enseñanza, a la verdad, pues me aleja del mal y me da libertad. Amén.
teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.” Efesios 4:18-19
Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Hechos 17:30-31
Por su ignorancia hacia Dios, el hombre ha caído en su propia trampa, va camino a la autodestrucción, creyendo sabio su propio entendimiento, ha dejado de buscar a Dios, de reconocerlo como fuente fundamental de vida y sustento de todas las cosas con la Palabra de su boca.
Por lo tanto, se ha hecho necio, pues si alguien quiere hacerse sabio y demostrar su inteligencia que la demuestre como dice el proverbio: “obedeciendo a Dios y conociéndolo. (Proverbio 9:10)
Dios se ha revelado claramente por medio de Jesucristo, sin intención que nadie perezca en su propia ignorancia, sino que todos por medio del conocimiento de Cristo, esencialmente por la fe en su muerte y resurrección, sean salvados.
Esta ignorancia sobre Dios es la causa de todos los males actuales, porque Dios envió el remedio en su hijo, y juzgará al mundo por medio de Él, cuando revele quiénes lo aceptaron o quiénes lo rechazaron. (Juan 3:17).
Si somos sabios o ignorantes, no depende de la multitud de estudios o títulos académicos, que si bien son importantes para estar preparados para nuestra profesión y para la gloria de Dios, nuestro conocimiento principal debe ser Cristo mismo, pues Él es poder y sabiduría de Dios. (1 Corintios 1:24).
Por tanto, si el conocimiento de Dios es Cristo mismo, la Palabra hecha carne, y si nuestra equivocación radica en no conocer la escritura, ni el poder de Dios, (Mateo 22:29) entonces debemos ir a ellas, buscando con ansias salir de la oscuridad a la luz y llevando sin egoísmo este conocimiento de Dios a todos, para que, por medio de la fe en Cristo, derrotemos la ignorancia espiritual. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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