CALEB, POR CUANTO HUBO EN ÉL OTRO ESPÍRITU “…EL SEÑOR ME HA
MANTENIDO CON VIDA
“…MI SIERVO CALEB, POR CUANTO HUBO EN ÉL OTRO ESPÍRITU…”
(Números 14:24 RV 1960)
Caleb dijo a Moisés:
“…Subamos luego, y tomemos posesión de ella [la Tierra
Prometida], porque más podremos nosotros que ellos. Pero los hombres que
subieron con él… hablaron mal… diciendo: Vimos allí gigantes… Nosotros éramos,
a nuestro parecer, como langostas…” (Números 13:30-33).
Notemos dos actitudes opuestas, presentes en este episodio:
1) Una actitud de duda.
Diez de los doce espías volvieron diciendo: ‘No lo podemos
hacer’. Sin embargo, la mayoría no siempre tiene razón.
Si Dios te ha prometido algo, eso te pertenece, aunque estés
en minoría.
El informe de la mayoría aterrorizó al pueblo de Dios; les
entró una clase de amnesia espiritual y se olvidaron de los cuarenta años de
provisión sobrenatural. Y lo que es más grave, se llegaron a convencer de que
Egipto era en realidad “la tierra de leche y miel”: “¿Es poco que nos hayas
hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto?”
(Números 16:13).
¡Increíble! ¡Egipto era la tierra de hacer adobes y de
esclavitud, no de leche y miel!
¿Cuál era su problema?
Permitieron que su entorno ejerciera mayor influencia en
ellos que las promesas de Dios. Cuando sucede eso, te secas espiritualmente,
empiezas a quejarte y a decir cosas como:
‘Dios hizo milagros en el pasado, pero ya no los hace.’ La
consecuencia de su incredulidad fue que ninguno de ellos entró en la Tierra
Prometida, excepto Josué y Caleb.
2) Una actitud de fe.
Dios dijo: “Pero a mi siervo Caleb, por cuanto lo ha animado
otro espíritu y decidió ir detrás de mí, yo lo haré entrar en la tierra… y su
descendencia la tendrá en posesión” (Números 14:24).
Entonces, ¿Con cuál de las dos actitudes te identificas?
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