1 Pedro 2:4-5
Cristo es la Piedra viva, rechazada por los seres humanos
pero escogida y preciosa ante Dios. Al acercarse a Él, también ustedes son como
piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este
modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales
que Dios acepta por medio de Jesucristo.
Una piedra de río nadie la guarda. Una piedra preciosa como
un diamante es todo lo contrario. Se pone en un lugar especial. Se desea y se
cuida. Lo que el versículo de hoy nos quiere enseñar es aprender a distinguir
entre piedras preciosas (Jesús) y piedras de río (el mundo). El que Cristo haya
sido rechazado, nos dice que la gente prefirió voltear a otro lado “otras
piedras”. Tristemente hoy pasa lo mismo. Cuando no tenemos los principios en el
orden correcto, asignamos valor a las cosas de manera inadecuada. Pensamos que
algo tiene valor cuando realmente no vale nada y, tristemente, como dice el
versículo, rechazamos a Cristo, la Piedra viva, preciosa y escogida ante Dios.
¿Cómo sucede esto? Te voy a dar algunos ejemplos. Hay hombres que piensan que
deben tener muchas mujeres o que engañar a su pareja no está mal. Hay mujeres
que piensan que manipular a sus esposos está bien. Hay hijos que piensan que
obedecer a sus padres no tiene ningún sentido. Tres ejemplos muy sencillos pero
no carecen de popularidad. En estos casos, podemos ver el rechazo de lo que
Cristo (Dios) quiere y dice, contra lo que nuestra carne (orgullo). Esto es
escoger piedras de río por encima de una piedra preciosa. Esto es asignar
valores incorrectos. Cuando alguien prefiere divorciarse por encima de dejar
que el Señor transforme su corazón, cuando alguien prefiere “eliminar” a
alguien de su vida en lugar de perdonar, cuando alguien deja que las mentiras
fluyan en lugar de hablar con la verdad. Cada una de estas decisiones nos
hablan de valores incorrectos. De principios alterados. ¡La gente necesita de
Cristo! Si nosotros que creemos en Él y buscamos seguirle tenemos momentos
difíciles, imagina cuánto más es para aquellos que no tienen la misma
esperanza. ¡Llevemos el evangelio a los demás! Ayudemos a que aprendan a
discernir y escojan a Cristo. Ayudemos a que dejen las piedras de río y
comiencen a guardar las verdaderas piedras preciosas y vivas que están en el Señor.
Solamente así podemos ser renovados. Como dice el pasaje de hoy. Edifiquemos
una casa espiritual acercándonos a Jesús y llevemos una vida llena de
testimonio para Cristo.
Es fácil ser tentado. Es fácil ser seducido. Es difícil
escoger bien. Sin ser una regla, el placer y gozo que causa lo carnal, es
inmediato pero con duración corta. Por el contrario, la bendición de escoger
para Cristo, no es inmediata pero tiene una duración eterna. Esto es lo que lo
hace complicado. El no ver un beneficio inmediato. Por eso debemos ejercitar
nuestra fe. Para entender que hoy estamos tomando la mejor decisión sin
importar que el resultado llegue mañana. Esa fe nos ayuda a escoger la piedra
correcta. Nos ayuda a diferenciar entre lo que brilla y es oro contra aquello
que solamente brilla. Seamos cuidadosos. No sea que estemos cayendo en la misma
situación que aquellos que rechazaron a Cristo por dejarse “seducir” por otras
piedras que parecían preciosas y vivas pero en realidad están muertas.
Oración
Padre: te pido perdón por mis pecados. Te he rechazado, te he
dejado y he preferido buscar en otros lados. Hoy me doy cuenta que nunca pude
encontrar nada y que solamente Tú eres la piedra preciosa y viva que necesito.
Te pido llenes mi vida y pueda vivir en santidad. Te pido pueda llevar
testimonio tuyo y ser renovado constantemente. Te pido que me des sabiduría y
fe para poner mis principios en orden y tomar las decisiones correctas y no las
de gozo inmediato. Gracias Señor por darle sentido a mi vida. En Cristo Jesús. Amén
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