Nos tiene en sus manos
“Palabra de
Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y
allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él
trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder
en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.
Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de
vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como
el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de
Israel.” Jeremías 18:1-7
El profeta
Jeremías fue enviado a casa del alfarero con la misión de observar cómo
trabajaba con el barro, probablemente esperando encontrar las vasijas perfectas
que usualmente estaba acostumbrado a ver en las tiendas de aquel entonces, sin
embargo se encontró con una realidad diferente: cuando el puñado de barro que
había resuelto formar el alfarero resultaba demasiado duro, o era demasiado
pequeño o tenía alguna piedra y se echaba a perder en su mano, volvía a tomar
otro puñado y a hacer otra vasija, según le parecía mejor hacerla. Entonces
vino palabra de Dios diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este
alfarero, oh casa de Israel?. La respuesta es: claro que sí, Todos nosotros
como creyentes somos como el barro en las manos del alfarero, lo cual es una
maravillosa y esperanzadora noticia en varios sentidos:
1. Dios
tiene completo control y autoridad sobre nuestras vidas.
2. Dios es
nuestro perfecto creador, por lo tanto, nos conoce y sabe lo que nos conviene o
necesitamos.
3. Nadie en
las manos de Dios se echa a perder, de ser necesario Dios hará todas las cosas
nuevas.
4. Dios es
un Dios de nuevas oportunidades.
5. Dios nos
ama y tiene un buen plan para nuestra vida.
El proceso
de ser una buena y hermosa vasija de barro puede ser largo y a veces hasta
doloroso, sin embargo, las promesas de Dios y su provisión para nuestras vidas
en momentos de dificultad son permanentes y están disponibles en el momento que
lo necesitemos. “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros,
dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Entonces me invocaréis, y vendréis y orareis a mí, y yo os oiré” (Jeremías
29:11-12) Oración.
«Padre
celestial soy como barro en tus manos, fórmame o transfórmame en la persona que
tú quieres que yo sea. En ti confío. Amén
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