Necesitamos
a Dios
«Fíate de
Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en
todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia
opinión; teme a Jehová, y apártate del mal;», Proverbios 3:5-7
El Señor nos
invita a ser humildes y a reconocer nuestras propias limitaciones, por eso
debemos tenerle en cuenta para tomar decisiones, no seamos autosuficientes
pensando que todo lo podemos hacer solos, el secreto para que nos vaya bien en
cualquier cosa que emprendamos es depender como unos niños pequeños del amor,
misericordia y provisión de nuestro Padre Celestial. Como está escrito: “Y
llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo,
que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los
cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en
el reino de los cielos.” (Mateo 18: 2-4 ).
Una de las
principales características de los niños es que necesitan continuamente
depender de la dirección de sus padres para sobrevivir. Su falta de experiencia
y conocimiento de los peligros de la vida obliga a sus padres a velar por su
seguridad por lo menos durante su infancia y adolescencia, tarea que no es nada
fácil, los niños aunque son indefensos, también son intrépidos e impulsivos,
piensan muchas veces que saben lo que hacen, sin embargo el amor de unos buenos
padres los hace recapacitar y les obliga de alguna manera a sujetarse a sus
directrices. Pues bien todos nosotros desde la perspectiva espiritual, estamos
en pañales, necesitamos del cuidado amoroso y dirección perfecta del mejor
Padre que podemos tener, nuestro creador y el que conoce mejor que nadie
nuestro corazón. Humillarse como un niño delante de Dios, significa DEPENDER
por completo de Él, reconocerlo en todos nuestros caminos y apartarnos del mal.
La palabra
de Dios es nuestra guía más segura y nuestra fuente de sabiduría: “Sabiduría
ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere
inteligencia. Engrandécela, y ella te engrandecerá; Ella te honrará, cuando tú
la hayas abrazado. Adorno de gracia dará a tu cabeza; Corona de hermosura te
entregará.” (Proverbios 4:7 -9) Oración.
«Padre
Celestial te necesito, soy como un niño que requiere completamente de tu
dirección y cuidado, enséñame a ser humilde y reconocerte en todos mis caminos,
escojo el camino de la obediencia antes de apoyarme en mi propio consejo. Amén.
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