¡Que tus
emociones no te impidan obedecer!
“Entonces
Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad
conmigo.” Mateo 26:38
En el
devocional anterior vimos la manera en la que los discípulos reaccionaron ante
un momento de dificultad, ahora pondremos nuestra mirada en Jesús y veremos
cómo con su ejemplo nos conducirá a afrontar las mismas situaciones, pero de
forma correcta.
En este
pasaje vemos a Jesús, en su humanidad, reconociendo su tristeza y angustia pues
en instantes tendría que enfrentar la mayor prueba de obediencia, obediencia
que implicaría pagar por nuestros pecados, para que, gracias a su obra,
nosotros pudiéramos quedar en libertad de aquella esclavitud en la que nos
encontrábamos a causa del pecado.
Lo más
impactante de este pasaje es que Jesús no nos oculta sus emociones, como si de
esta forma nos demostrara que está bien experimentarlas, pero también nos
recuerda la importancia de sujetarlas y pasar por encima de ellas, pues las
emociones no pueden convertirse en un impedimento para obedecer a Dios. Pues
Jesús estaba triste, pero eso no le impidió orar y buscar en su Padre la
fortaleza que necesitaba para continuar; el Señor estaba angustiado pero eso no
impidió que tomara las decisiones correctas y se parara a enfrentar su llamado;
Cristo tuvo hambre, pero eso no lo condujo a pecar; el Señor se esta poniendo
como referencia para mostrarnos que no podemos ceder ante nuestras emociones, y
que en cambio sí podemos sujetarlas, en Su Nombre, y llevarlas cautivas a la
obediencia: “derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el
conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a
Cristo,” 2 Corintios 10:5, por eso la próxima vez que vengan pensamientos o
sentimientos de temor, tristeza, angustia, frustración, etc. los cuales pueden
estar basados en mentiras, recordemos las 3 claves que anteriormente se nos ha
enseñado: busquemos lo que dice la palabra que es correcto y en lo que debemos
pensar, hablar y actuar; creamos en la instrucción que se nos ha dado por medio
de ella; oremos y pidamos dirección a Dios; pero sobre todo sujetemos nuestra
voluntad a la obediencia al Padre, así como nos lo ha enseñado Jesús. Oración
«Señor
gracias por permitirme conocerte aún en medio de esos momentos en los que
experimentaste angustia y tristeza, porque me enseñas con tu vida de ejemplo,
cómo aún en esos momentos, sujetaste tu voluntad a la del Padre a pesar de lo
que en tus emociones estabas experimentando. Gracias porque a través de las
Escrituras me has enseñado las claves para ya no tomar más decisiones con base
en mis emociones, sino con base en los principios de tu palabra, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último
de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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